Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Mi espacio

Índice

Sonetos:
Escala luminosa El mejor de mis proyectos Tu edad, mi edad Mi palabra de ayer La paz que un día tuve Vuelvo hacia ti Tengo un espacio
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Breverías

1346
Nunca soy yo más yo que cuando tú eres mía, haces brotar la calma del duelo y la zozobra; antes de conocerte, ya tu lámpara ardía dentro de mí, y ahora toda otra luz me sobra.

1347
Ayer no pude hablarte como quiero, ni mirarte, entre tantos allegados; fue como andar de noche en un sendero de aves mudas, rosales fracasados. Quise gritarte mi deseo, pero mi voz se hallaba en cántaros sellados. Y hoy que con plena libertad lo haría, tu oído, ya lejano, no lo oiría.

1348
Me llega con rumor de primavera tu voz íntima, suave, sugerente, tan entrañable, casi convincente; si pudiera creerte, si pudiera....

1349
Te has injertado en la raíz del llanto, y germinas en ramas de tristeza; ¿dejarás que haga mía tu corteza si a tu surco empapado me transplanto?

1350
Lágrima de hoy, que riega y engalana tu nostálgico rostro por la gloria perdida ayer; resurgirá en memoria siendo sonrisa extática mañana.

Sonetos

1282 - Escala luminosa
Te sueño como escala luminosa, interminable, abriéndose camino hacia nubes doradas; y me obstino en trepar su estructura prodigiosa. Cada palabra tuya, cada cosa fluyendo en placidez o en torbellino por tus dedos, el brillo sibilino de tus ojos, la piel voluptuosa, son peldaños rogándome al ascenso; y yo, minúscula espiral de incienso, con paso incierto inicio la escalada. No sé qué altura alcanzaré; mi audacia sólo aspira a la cumbre. No hay desgracia mayor que verse en la intención truncada.
Cantabria, 17 de mayo de 2005
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1283 - El mejor de mis proyectos
Te has adentrado en mí, forma imprecisa, rebasando tus propias restricciones; las que fueran ayer vacilaciones son hoy el pie que firmemente pisa. Conocía tus ojos, tu sonrisa, en desnudez de espesas sensaciones; pero hoy te puedo ver en dimensiones que el tiempo no planea ni improvisa. Te has materializado en tal manera que consigo tocarte toda entera, tu mirar, tus ideas, tus afectos. El esbozo que fuiste es vida pura, tu roca informe, espléndida escultura, y toda tú el mejor de mis proyectos.
Asturias, 18 de mayo de 2005
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1284 - Tu edad, mi edad
Tierna alondra que tiemblas en la rama, juventud que me ofrece su libido cuando mi propia juventud ha huido, aunque en mi lecho aún se desea y ama. Dorada lluvia que gentil derrama sus abundancias sobre mi sentido, dedos que van urdiéndome el tejido de un encuentro galante, sin programa. Pasan los años, o se me acumulan, pero ni logran mitigar ni anulan cuanto el alma soñó, la piel ansía. Sigue olvidando el ábaco; yo sigo mirándote de frente, y me prodigo sobre tu edad como si fuera mía.
Asturias, 19 de mayo de 2005
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1285 - Mi palabra de ayer
Ayer te hablé con la palabra viva, después de tanto hacerlo con la muerta; fue como abrir de par en par la puerta a una vasta y radiante perspectiva. Antes de ayer jugué a la defensiva, emoción incapaz de hacer oferta, y ahora el alma, voraz, se me despierta tomando una vez más la iniciativa. En confusión de ti, con tales dudas, que aun cuando complaciente me desnudas, si arde la piel, la mente titubea. Mi palabra de ayer, íntima, suave, se rompe en tono vacilante y grave tras el mudo disfraz que te rodea.
Asturias, 21 de mayo de 2005
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1286 - La paz que un día tuve
No la perdí, me la has arrebatado, la paz que un día tuve es guerra interna; aunque jamás la concibiera eterna, no fue su aciago fin anticipado. Hoy me siento rendido y hostigado como el oso en asedio en su caverna, mermado estoy, como a quien una pierna o un brazo le haya sido cercenado. Desmontado el andamio de mi calma, me has arrancado la mitad del alma, y ahora la otra mitad se desnivela. Íntegro estuve en brazos del sosiego, pero hoy el corazón, a sangre y fuego, resuelto gladiador, se me rebela.
Cantabria, 23 de mayo de 2005
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1287 - Vuelvo hacia ti
Vuelvo hacia ti; soy verde primavera en blanco y gris de invierno revestida; se me revienta el pulso de la vida con ímpetus de brusca torrentera. Al reencontrar tus brazos de palmera, cien arcos sobre mí, yacente, erguida, se me hace nuevo el mundo y se me olvida mi laberinto de alma viajera. Cada lazo anterior, amor desnudo, pudo desenredarse, pero el nudo que a ti me ciñe permanece intacto. Cómo te cubre mi caricia mansa, agua que dulcemente se remansa en el claro meandro del contacto.
Cantabria, 25 de mayo de 2005
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1288 - Tengo un espacio
Tengo un espacio alrededor, un foso lleno de soledad, de independencia, dimensión personal que me sentencia a una cierta distancia. Si el acoso del odio insano, del afán morboso, del amor en cortante persistencia, creara a mi aislamiento interferencia, opondría mi brazo belicoso. Ese vasto perímetro vacío no sólo me protege del gentío, me resguarda de brazos absorbentes. Respeta este entrañable enclaustramiento, que no es renunciación ni alejamiento, sino lo que nos hace diferentes.
Cantabria, 26 de mayo de 2005
Diseño: Carmen Álvarez
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