Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Silencios

Índice

Sonetos:
Sombra Sin palabras Sola y despierta Dos partes Retrato Tan cerca y tan lejos La hora postrera Mujer idólatra
seperador

Breverías

2266
Examino uno a uno los recuerdos que subsistieron a mi piel ceñidos; unos, para el baúl de los olvidos, otros, para arrojarlos a los cerdos. Otros, por fin, los doblaré atildados en mi blandos armarios interiores. ¿Los tuyos? Ah, los tuyos, ruiseñores que cantan todavía en mis terrados.

2267
No eran miradas de papel, ligeras, mas forjadas en bronce, eran de peso; ni fluctuantes ni cascabeleras, sino a punta de lanza, a tren expreso; eran irreverentes mensajeras, y avance pertinaz, sin retroceso. Tal como me llegaron, las mantuve; y cuanto había de promesa, obtuve.

2268
Preferiría oscurecerme, a veces; tanta luz sobre mí me desconcierta. Si fuera luz real…, pero es luz muerta, alumbrando espiral de insensateces. No, no quisiera ver lo que ahora veo tanto en mi entorno como en la distancia; con barniz de virtud, la extravagancia, con rostro de justicia, el compadreo. Elijo estar dentro del alma, a oscuras, palpando ideas, sin caricaturas.

2269
Canta el hierro en la lúgubre herrería danzando con el fuego; canta el sueño abrazado en la sombra a los desnudos; canta la tentación en la abadía transformando rostro áspero en risueño; y yo te canto imaginando nudos.

2270
Detonando la chispa de la vida resucitar en ti, donde estoy muerto; si no pudiera ser, quede dormida este alma imbécil, y su sueño impida mi certidumbre de que estoy despierto.

Sonetos

2346 - Sombra
Recostaré mi sombra adormecida sobre la tuya, apoyo vigilante; ha sido en tantas tierras caminante, siempre al llegar pensando en la partida, que requiere el reposo, protegida por los oscuros brazos de la amante; es hora de la paz, no del instante, de la perennidad comprometida. Ah, qué recubrimiento te procuro, que en ti misma integral me transfiguro, nadie capaz de discernir qué sombra, y nadie a separarlas competente. Quien mire a dos, a una verá emergente, y quien llame tu nombre a mí me nombra.
Los Angeles, 12 de abril de 2010
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2347 - Sin palabras
Hoy te querré en sillencio. Necesito percibir las imágenes que piensas emergiendo en tu aliento, tan propensas a separar veracidad de mito. La palabra es embozo circunscrito a la demarcación de las defensas; cumplidos hay con inflexión de ofensas, e injuria imperceptible por escrito. Es a veces espada involuntaria, siendo a veces la misma necesaria, y con frecuencia no sabemos cuál. No me hables hoy, hoy te querré en sosiego, mirándote a los ojos, que así llego más a tu fondo, a tu alma de cristal.
Los Angeles, 12 de abril de 2010
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2348 - Sola y despierta
Esta noche de lluvia, tan desierta que conjura silencio aún más sombrío, te penetra el espíritu del frío abrazándose a ti, sola y despierta. El vendaval también llama a tu puerta con puños de obsesión y desafío; quiere lamer tu piel; es como un río fluyendo entre los olmos de la huerta, que sabe introducirse, clandestino, por mínimas rendijas, su destino compartir con el frío tus despojos. No tienes nada, a nadie, se apodera de tu cuerpo sensual quien no debiera, y a quien quisiera, corres los cerrojos.
Los Angeles, 13 de abril de 2010
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2349 - Dos partes
Entre mis días fluye una esperanza que ignoro si es de sangre o de sonrisa; si ambas tal vez, cada una avanza y pisa sobre terreno gris de adivinanza. Te vislumbro a lo lejos. Gime y danza, niega y sostiene, firme e indecisa, este alma de cristal, con tanta prisa por recalar en ti, mas no te alcanza. Y así, una parte de mí mismo espera, y canta, y baila, como si estuviera a la inmediata puerta del portento. Y otra parte de mí, opaca, sangrienta, se retira a la sombra, y se atormenta en desesperación y desaliento.
Los Angeles, 13 de abril de 2010
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2350 - Retrato
En un sillón Luis XV; parecías Madame Pompadour, pero más bella; espumoso oleaje que se estrella e inunda el templo de mis rebeldías. Sellé tu imagen en las galerías de la memoria, permanente huella de quien pasa, subyuga y atropella, mas sin aunar mis días a tus días. Quedaste en mí, si intensa, tan distante, que mi avidez de devenir tu amante se tornó de propósito en ficción. Pero hoy surgen los ríos de tus piernas fluyendo a mis costados, y gobiernas desde la mente al sexo al corazón.
Los Angeles, 14 de abril de 2010
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2351 - Tan cerca y tan lejos
“I know in reality we can't be together, so I just close my eyes and you're right here with me; in my dreams, you're mine forever”. – (Anónimo).
La vida es cruda, injusta, restringida. Nos da semillas, y después nos niega, granado el trigo, cosechar la siega, o recoger la rosa florecida. Me ha dirigido a ti y, estremecida, en mi órbita te puso, mas despliega foso y muralla, imbécil estratega, que obstaculiza al tiempo que convida. Oh, suplicio de Tántalo. Percibo tu piel casi en mis dedos, y no arribo a exiguo roce, a canje de temblores. Precintaré mis ojos, y en la densa penumbra interna, este alma que te piensa se hará tacto y corcel, voz y colores.
Los Angeles, 14 de abril de 2010
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2352 - La hora postrera
Es difícil amar a quien se piensa perder un día, que el amor requiere cierta estabilidad aunque aligere su condición de exhuberancia intensa. Y sin embargo te amo. Me compensa cuanto vivo y recibo. No me hiere recelo de mañana, ni interfiere con mi fervor un plan de autodefensa. Déme el futuro lo que esté dispuesto. Cada noche en espíritu me apresto, como hago en cópula, al final del mundo. Siempre es la hora postrera, el desenlace de cuanto se ha vivido y cuanto se hace; cada instante es el último segundo.
Los Angeles, 15 de abril de 2010
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2353 - Mujer idólatra
Descenderé al privado santuario donde cada fervor y atrevimiento de este amor en perpetuo ofrecimiento ejercita su músculo incendiario. Y tal vez tú, integral beneficiario de mi culto, mi fe, mi acatamiento, derogador del sexto mandamiento, único nombre vivo en mi sagrario, comprenderás mi religión profana, que al voltear por ti cada campana pregona sin rubor mi sed de entrega. Agitaré mi entraña, y en tumulto saldrán fórmulas, ritos, de este culto que te dedica un alma que a ti ruega.
Los Angeles, 16 de abril de 2010
Diseño: Carmen Álvarez
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