Breverías
2266
Examino uno a uno los recuerdos
que subsistieron a mi piel ceñidos;
unos, para el baúl de los olvidos,
otros, para arrojarlos a los cerdos.
Otros, por fin, los doblaré atildados
en mi blandos armarios interiores.
¿Los tuyos? Ah, los tuyos, ruiseñores
que cantan todavía en mis terrados.
2267
No eran miradas de papel, ligeras,
mas forjadas en bronce, eran de peso;
ni fluctuantes ni cascabeleras,
sino a punta de lanza, a tren expreso;
eran irreverentes mensajeras,
y avance pertinaz, sin retroceso.
Tal como me llegaron, las mantuve;
y cuanto había de promesa, obtuve.
2268
Preferiría oscurecerme, a veces;
tanta luz sobre mí me desconcierta.
Si fuera luz real…, pero es luz muerta,
alumbrando espiral de insensateces.
No, no quisiera ver lo que ahora veo
tanto en mi entorno como en la distancia;
con barniz de virtud, la extravagancia,
con rostro de justicia, el compadreo.
Elijo estar dentro del alma, a oscuras,
palpando ideas, sin caricaturas.
2269
Canta el hierro en la lúgubre herrería
danzando con el fuego; canta el sueño
abrazado en la sombra a los desnudos;
canta la tentación en la abadía
transformando rostro áspero en risueño;
y yo te canto imaginando nudos.
2270
Detonando la chispa de la vida
resucitar en ti, donde estoy muerto;
si no pudiera ser, quede dormida
este alma imbécil, y su sueño impida
mi certidumbre de que estoy despierto.
Sonetos
2346 - Sombra
Recostaré mi sombra adormecida
sobre la tuya, apoyo vigilante;
ha sido en tantas tierras caminante,
siempre al llegar pensando en la partida,
que requiere el reposo, protegida
por los oscuros brazos de la amante;
es hora de la paz, no del instante,
de la perennidad comprometida.
Ah, qué recubrimiento te procuro,
que en ti misma integral me transfiguro,
nadie capaz de discernir qué sombra,
y nadie a separarlas competente.
Quien mire a dos, a una verá emergente,
y quien llame tu nombre a mí me nombra.
Los Angeles, 12 de abril de 2010
2347 - Sin palabras
Hoy te querré en sillencio. Necesito
percibir las imágenes que piensas
emergiendo en tu aliento, tan propensas
a separar veracidad de mito.
La palabra es embozo circunscrito
a la demarcación de las defensas;
cumplidos hay con inflexión de ofensas,
e injuria imperceptible por escrito.
Es a veces espada involuntaria,
siendo a veces la misma necesaria,
y con frecuencia no sabemos cuál.
No me hables hoy, hoy te querré en sosiego,
mirándote a los ojos, que así llego
más a tu fondo, a tu alma de cristal.
Los Angeles, 12 de abril de 2010
2348 - Sola y despierta
Esta noche de lluvia, tan desierta
que conjura silencio aún más sombrío,
te penetra el espíritu del frío
abrazándose a ti, sola y despierta.
El vendaval también llama a tu puerta
con puños de obsesión y desafío;
quiere lamer tu piel; es como un río
fluyendo entre los olmos de la huerta,
que sabe introducirse, clandestino,
por mínimas rendijas, su destino
compartir con el frío tus despojos.
No tienes nada, a nadie, se apodera
de tu cuerpo sensual quien no debiera,
y a quien quisiera, corres los cerrojos.
Los Angeles, 13 de abril de 2010
2349 - Dos partes
Entre mis días fluye una esperanza
que ignoro si es de sangre o de sonrisa;
si ambas tal vez, cada una avanza y pisa
sobre terreno gris de adivinanza.
Te vislumbro a lo lejos. Gime y danza,
niega y sostiene, firme e indecisa,
este alma de cristal, con tanta prisa
por recalar en ti, mas no te alcanza.
Y así, una parte de mí mismo espera,
y canta, y baila, como si estuviera
a la inmediata puerta del portento.
Y otra parte de mí, opaca, sangrienta,
se retira a la sombra, y se atormenta
en desesperación y desaliento.
Los Angeles, 13 de abril de 2010
2350 - Retrato
En un sillón Luis XV; parecías
Madame Pompadour, pero más bella;
espumoso oleaje que se estrella
e inunda el templo de mis rebeldías.
Sellé tu imagen en las galerías
de la memoria, permanente huella
de quien pasa, subyuga y atropella,
mas sin aunar mis días a tus días.
Quedaste en mí, si intensa, tan distante,
que mi avidez de devenir tu amante
se tornó de propósito en ficción.
Pero hoy surgen los ríos de tus piernas
fluyendo a mis costados, y gobiernas
desde la mente al sexo al corazón.
Los Angeles, 14 de abril de 2010
2351 - Tan cerca y tan lejos
“I know in reality we can't be together,
so I just close my eyes and you're
right here with me; in my dreams,
you're mine forever”. – (Anónimo).
La vida es cruda, injusta, restringida.
Nos da semillas, y después nos niega,
granado el trigo, cosechar la siega,
o recoger la rosa florecida.
Me ha dirigido a ti y, estremecida,
en mi órbita te puso, mas despliega
foso y muralla, imbécil estratega,
que obstaculiza al tiempo que convida.
Oh, suplicio de Tántalo. Percibo
tu piel casi en mis dedos, y no arribo
a exiguo roce, a canje de temblores.
Precintaré mis ojos, y en la densa
penumbra interna, este alma que te piensa
se hará tacto y corcel, voz y colores.
Los Angeles, 14 de abril de 2010
2352 - La hora postrera
Es difícil amar a quien se piensa
perder un día, que el amor requiere
cierta estabilidad aunque aligere
su condición de exhuberancia intensa.
Y sin embargo te amo. Me compensa
cuanto vivo y recibo. No me hiere
recelo de mañana, ni interfiere
con mi fervor un plan de autodefensa.
Déme el futuro lo que esté dispuesto.
Cada noche en espíritu me apresto,
como hago en cópula, al final del mundo.
Siempre es la hora postrera, el desenlace
de cuanto se ha vivido y cuanto se hace;
cada instante es el último segundo.
Los Angeles, 15 de abril de 2010
2353 - Mujer idólatra
Descenderé al privado santuario
donde cada fervor y atrevimiento
de este amor en perpetuo ofrecimiento
ejercita su músculo incendiario.
Y tal vez tú, integral beneficiario
de mi culto, mi fe, mi acatamiento,
derogador del sexto mandamiento,
único nombre vivo en mi sagrario,
comprenderás mi religión profana,
que al voltear por ti cada campana
pregona sin rubor mi sed de entrega.
Agitaré mi entraña, y en tumulto
saldrán fórmulas, ritos, de este culto
que te dedica un alma que a ti ruega.
Los Angeles, 16 de abril de 2010