Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
De la amistad

Índice

Sonetos:
Incongruencia Amor y muerte Las cosas que se van Se ama como se puede Son del ayer Amigo Nostálgica mujer Amiga
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Breverías

2301
Cumplirás muchos años, te harás viejo, y al mirar hacia atrás verás cuán poco conseguiste vivir intensamente. Porque la vida sólo es el bosquejo trazado sobre el lienzo por un loco, a completar por corazón y mente. Y tus pinceles, y cada color de la paleta en inacción yacente, para pintar precisan del amor.

2302
Dices amar. ¿Y cómo estás seguro? Sólo ama seriamente, de verdad, quien desea un espléndido futuro aun al margen de su felicidad.

2303
Despunta el día, y en olor despierto de tu piel, si distante, tan cercana, como si un ventanal se hubiera abierto sobre tu exquisitez de porcelana; o como si las rosas de mi huerto se abrieran a la vez cada mañana. Y es este marco, únicamente mío, por el que siempre, al despertar, sonrío.

2304
¿Por qué el amor es tan insuficiente que no culmina nuestra expectativa, y por qué a veces es tan excesivo? ¿Por qué es tan desigual e incoherente, y a un tiempo nos perturba y nos cautiva? ¿Por qué es tan agresor y fugitivo? ¿Será tal vez que amamos de manera que la otra parte no soportaría, y que aspiramos a mayor cuantía de la que nuestra entrega concediera?

2305
Era un sedoso, rítmico aleteo, como si el ángel de la paz viniera; y era el vertiginoso zarandeo que el ángel de la guerra promoviera. Ambos entraron en mi alcoba un día, marcando el mismo paso; eran la placidez y la agonía, bebida idéntica en distinto vaso. Y bebí toda aquella sangre roja. Amor, amor, qué absurda paradoja.

Sonetos

2397 - Incongruencia
A pesar de la fe, y la caravana de afecto, compasión y ofrecimiento vertidos día a día, el aislamiento irrumpe en nuestra vida cotidiana. Y pese al manantial de luz que emana de otras almas hacia el acoplamiento con la propia, sin nuestro asentimiento, sombra será, caricatura vana. Damos a manos llenas, y es olvido nuestro recaudo, o fútil colorido, tan desequilibrada la balanza. Nos dan pródigamente, y desdeñamos, y así en eterna paradoja vamos, del brazo del rechazo y la esperanza.
Los Angeles, 22 de junio de 2010
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2398 - Amor y muerte
“La muerte deja un dolor que nadie puede curar; el amor deja un recuerdo que nadie puede robar.” (Anónimo)
Subrepticia y fatal llega la muerte, al frente de siniestra cabalgata de huesos y guadañas, y arrebata la vida frágil, la infantil, la fuerte. Quien sobrevive tal terror, advierte que al fondo de su entraña se desata pleamar de dolor, que desbarata su equilibrio vital, o lo pervierte. Abre la muerte heridas en el vivo que nada cicatriza, ni el festivo súbito germen de una nueva vida. Y así el amor, cuando al final perece, no se apaga, zozobra o desvanece, eternidad de gozo y despedida.
Los Angeles, 22 de junio de 2010
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2399 - Las cosas que se van
Las cosas que se van abren senderos por donde parte de mi ser se aleja; las hice mías al llegar, madeja que en torno al alma devané, veleros por mis rutas mentales viajeros, fervor que piel y espíritu empareja; cada una en parte mi inquietud refleja, y a cada una dirijo mis esmeros. Las cosas vienen, y en la sangre inscriben nombres, relieves, fechas, que perciben, sólo en la soledad, los elegidos; quienes supieron aceptarlas, puras, o voluptuosas, o a la luz, o a oscuras, y que al perderlas se verán perdidos.
Los Angeles, 23 de junio de 2010
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2400 - Se ama como se puede
Se piensa haber amado muchas veces, la última la mejor, o la primera, se explora, se fornica, se adultera, y se mide el amor en desnudeces. A más cordura, más insensateces, sabio y prudente son de tal madera que al contacto del beso degenera en viruta o serrín de estupideces. Se ama como se puede, a veces poco, a veces como un necio, o como un loco, y al fin la propia suerte nos castiga. También yo amé, en albricias y quebranto, en sombra y luz, mas nunca supe cuánto, hasta que ella partió con voz de amiga.
Los Angeles, 23 de junio de 2010
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2401 - Son del ayer
Extrañar el pasado, la belleza que desató temblores en el pecho, convulsión en la mente, o en el lecho, con su voracidad, con su destreza. Añorar la elegancia que tropieza en su propio embeleso, que al acecho de la nueva lisonja mira al techo mientras se da, y apática bosteza. Rememorar la ninfa que, desnuda, sólo habla por su piel, tan sordomuda que nada altera su cerebro oscuro. ¿Por qué desenterrar tales visiones? Son del ayer, y hay múltiples razones por las que no han pasado a tu futuro.
Los Angeles, 24 de junio de 2010
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2402 - Amigo
Respetarás mi tiempo, amigo mío. Horas hay de romper los moldes viejos, horas de estar al lado, de estar lejos, para el silencio, para el griterío. Yo no te freno ni te desafío, y minimizo avisos y consejos que puedan emerger como reflejos de recriminación o señorío. Somos dos, no igualdad; no obstaculices mi identidad; yo tengo mis raíces, que aun tocando las tuyas, son distintas. Ambos somos pintores, sin contrato, sobre lienzo, y al óleo, yo retrato, mientras tú en cúpulas al fresco pintas.
Los Angeles, 24 de junio de 2010
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2403 - Nostálgica mujer
Al distinguirme afable la fortuna, te echo de menos a mi lado, amigo; porque quisiera compartir contigo todas mis bendiciones, una a una. Si me abruma el dolor, o me importuna desdén de hermano, o trama de enemigo, sólo en tu abrazo encontraría abrigo, y en tu sonrisa placidez de cuna. En las tardes de otoño, en la arboleda, cuando el viento en los álamos se enreda desnudando el ramaje, me sorprendes. Y en tantas noches solitarias, frías, en que tus manos son también las mías, mi lecho entero, sin saberlo, enciendes.
Los Angeles, 24 de junio de 2010
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2404 - Amiga
Llamarte amiga es ser alondra en nido con las alas cortadas, si anhelante de alturas y acrobacias, palpitante no más que en su rincón inadvertido. Te llamo amiga y siento anochecido mi día de ilusión; soy caminante incapaz de alcanzar meta de amante, torpe, unilateral contrasentido. Dos notas somos, pero en disonancia; tú, perfume de afecto, yo fragancia de incisiva pasión que no percibes. Anoto a sangre y piel mis arrebatos, y es tibia devoción, tenuos ornatos lo que a rasgos de luz en aire escribes.
Los Angeles, 25 de junio de 2010
Diseño: Carmen Álvarez
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