Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Soñando

Índice

Sonetos:
Deuda Dicen tu nombre Sueños Tedio Espejo Otoñal Angustia Eterno soñar
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Breverías

2426
De tus cabellos voy hacia tus senos, y al instalarme en ellos los circundo de anillos invisibles. Cuanto menos me entretengo en su entorno, más profundo se hace el clamor al fondo de tu entraña; y cuanto más prolongo la tarea, tanto más en tus muslos se enmaraña la madeja del hambre, y te espolea.

2427
Cierras los ojos, cautivando el día tras los párpados, y abres la compuertas del alma, oscura por ausencias largas. Se hace la luz, no se hace la alegría Permanecen tus sábanas desiertas, y afligida sobre ellas te descargas.

2428
Hablar, hablar; la voz se nos dispara en frívola, banal algarabía. Si nos amamos, el silencio aclara cuanto el verbo a expresar no acertaría; y si muere el amor, y nos separa, ¿qué palabra al rescate arribaría? Si has de decir algo importante, calla, que la verdad por ojo y tacto estalla.

2429
Nadie te hará feliz, tú mismo te haces, pues la felicidad es la ventura que nos llega de dentro, no de fuera. Los momentos de gozo son disfraces del mito que la mente se procura para soñar envuelta en su ceguera.

2430
Nunca hallé en su coloquio transcendencia: Palabras huecas, percepciones vanas; pero me seducía su tendencia a hacer de sus burbujas filigranas.

Sonetos

2564 - Deuda
A veces pienso que me debes tanto, y mi deuda hacia ti es apenas nada, cuando, por evadirte de mi almohada, me acuesto solo, y solo me levanto. Huye la noche. Se reanuda el canto del ángel de la luz, alba dorada; se viste el mundo de color, y un hada transforma en arpa de sonrisa el llanto. En tal fantasmagórico momento, redescubre en sí mismo el pensamiento nuevos valores de la propia historia. Y advierto entonces que al haberte amado de tal modo, soy yo quien se ha endeudado, debiéndote dolor, gozo y memoria.
Los Angeles, 14 de febrero de 2011
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2565 - Dicen tu nombre
Campana soy, de tantos percibida, mas por ti sola mi tañido clama; huracanado mar, que rompe y brama, reventándole el alma por la herida. ¿Escuchas mi clamor de agua vestida en blanco, azul y verde? Se encarama sobre el acantilado, y se derrama, perpleja de no ser vista ni oída. ¿Y este bronce elegíaco, vibrante, repitiendo tu nombre en voz de amante que sólo tú debieras descifrar? Campana y mar, monótonos sonidos para tantos oyentes distraídos… Dicen tu nombre, y tú sin escuchar.
Los Angeles, 14 de febrero de 2011
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2566 - Sueños
Sueños llevo en el núcleo de la mente que se amotinan exigiendo vida; no soportan quedarse en tal guarida, su grito cada vez más exigente. Saben que hay un festín, que es suficiente tener hambre, y buscarse la salida, que el hambriento a sí mismo se convida, esté o no esté el anfitrión presente. Mis estériles sueños, ya feraces por su adquirida libertad, audaces cruzan los aires en excelso vuelo. Y soy mejor porque ellos han partido. No me han dejado, no; sólo han cumplido su misión de elevarse por mi cielo.
Los Angeles, 14 de febrero de 2011
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2567 - Tedio
Tuve una vida que archivé, cansado de tantos episodios repetidos, idéntica romanza en mis oídos, mismo tacto en mis manos duplicado. O no supe arrancar a mi teclado la ensoñada armonía, o los sonidos, careciendo de nombre y apellidos, cayeron, lluvia de oro, en despoblado. Letárgicos paisajes incoloros, palabras huecas, fútiles tesoros carentes de valor o de belleza. Se repetían incesantemente, grises, monótonos, y de repente los desterré al desván de mi tristeza.
Los Angeles, 14 de febrero de 2011
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2568 - Espejo
¿Por qué no logro verte en el espejo al abordar tan mágica ventana? Vislumbro los enigmas de mañana, las intrigas de ayer, todo el cortejo de lo que fue o será, pieza o bosquejo, sombra o fulgor, chapuza o filigrana. El mundo se me asoma y se me hermana, y en cierto modo a todo me asemejo. Mas no apareces tú, a quien yo quisiera ver sobre el hombro, con la piel de cera, a punto de fundirse a mi fricción. Tú, la figura clave, evocatoria de cuanto obtuve y guardo en la memoria, eres sólo recuerdo, no visión.
Los Angeles, 15 de febrero de 2011
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2569 - Otoñal
Llega la lluvia en pasos diminutos, procediendo a su danza en el tejado; no se oye otro rumor, todo callado en la tarde otoñal. No hay absolutos en los feudos del tiempo; los minutos adquieren rango de horas. En el prado rumia la paz bucólica el ganado, y redondea el manzanal sus frutos. Somnolienta dormita la colina embozada en el tul de la neblina, y es palpable el silencio en torno mío. Crepita el fuego en el hogar. Te pienso como la línea de humo, que en su ascenso abandona el calor y huye hacia el frío.
Los Angeles, 16 de febrero de 2011
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2570 - Angustia
¿De dónde nace tu temor? ¿Qué daga sin incisiones te desgarra el pecho, o qué sombra en tu mente está al acecho del posible improbable que aún no amaga? Quien negativa contingencia indaga actúa en sensatez, es su derecho; mas quien inventa fuegos, ¿qué provecho recibe del incendio que propaga? Esa inútil, ilógica agonía nace de tu embrollada fantasía, más afín al fracaso que a la gloria. Ni inextinguible luz ni noche eterna; este universo nuestro se gobierna en equilibrio de aflicción y euforia.
Los Angeles, 16 de febrero de 2011
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2571 - Eterno soñar
Ayer fueron los sueños, la esperanza, y antesdeayer también, y año tras año, en ascenso hacia un último peldaño que tan cerca parece y no se alcanza. Tal vez quien sueña, sube, y se afianza más y más en su empeño, intento extraño, pues la desolación del desengaño permanece en la sombra, en asechanza. Y no obstante, aunque no los alcancemos, batimos alas, impulsamos remos, escalamos montañas, embestimos, siempre con su ilusión en perspectiva y el objetivo de atraparla viva, o así, en ingenuidad, nos lo decimos.
Los Angeles, 16 de febrero de 2011
Diseño: Carmen Álvarez
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