Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Sombras vivas

Índice

Sonetos:
Deseo Voy a ti de puntillas Efímero En el pinar Al borde de la almohada Viviendo en el pasado Sombras en mi vida Pequeños monstruos
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Breverías

2801
Si al leer mis poemas tu alma advierte cierta voz susurrando en lo profundo que es de ti de quien hablan mis escritos, no es por haber llegado a conocerte; mas porque en este limitado mundo cuanto uno siente, lo habla el otro a gritos.

2802
Los demás no te ven con el detalle y el realismo que debieran verte. ¿Podrías tú, tal vez, reconocerte de encontrarte a ti mismo por la calle?

2803
Oh, la vida campestre, con su acervo de sencillez, frugalidad, mesura, refugio de las almas fatigadas. ¿En verdad? No lo creo, porque observo tal ansia por volver a la locura de la ciudad de apremio y mascaradas.

2804
Inventa, escribe, engendra, perfecciona, y no envejecerás. Tiene la mente portentosos recursos, que abandona quien todo lo ambiciona de repente. La vida es un quehacer a largo plazo, nada que ver con años ni portentos. El vértigo, el clamor, el fogonazo, no son fines, tan sólo nacimientos.

2805
No se descubre el cuerpo que nos ama al desnudarse por primera vez; Es preciso explorarlo con frecuencia. Tiene tanto de pétalo, de llama, tanto de atrevimiento y timidez, que sólo con el tiempo se evidencia… Si no te hubieras ido, cuánta revelación, cuánta elocuencia no me hubiera perdido.

Sonetos

3042 - Deseo
No escuches el consejo del asceta, de reprimir la garra del deseo; más bien déjalo libre; su ajetreo estimula el talento del poeta, y la sed del amante, que interpreta cada impulso, no ya como aleteo trivial, mas como fiero martilleo que robustece el hierro, no lo agrieta. Porque de hierro somos, no de arcilla, azagayas enhiestas en la orilla de un mundo casi nuestro, conquistable. Y para tal proyecto requerimos esa fuerza que sólo descubrimos en un hambre vital irrevocable.
Los Angeles, 5 de octubre de 2012
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3043 - Voy a ti de puntillas
Voy a ti de puntillas. Si dormida, tu sueño acataré, no traigo oferta; y evitaré inquietarte, si despierta. No más por verte, yéndome enseguida. Aún llevo el alma enferma y encendida, ayer de ti poblada, y hoy desierta. No tengo que llamar; se abre la puerta por sí sola; soy gente conocida. Sus goznes me hablan en gentil chirrido, más de íntimo saludo que de ruido; sonrío levemente, y me adelanto. Te observo en el salón, sonrisa y fuego sobre no sé qué carta, y me repliego, a duras penas reprimiendo el llanto.
Los Angeles, 6 de octubre de 2012
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3044 - Efímero
Aún recuerdo la luna, tan serena, mirándote a la cara, iluminada desde dentro y por fuera. Tu mirada se me hacía sonrisa, luna llena. El mar y su rumor. Sobre la arena, cada huella descalza dibujada por un paso de amor, queda borrada por el agua, que irrumpe y desordena. Me intimidó tan cíclico mensaje. ¿Habrá siempre en amor un oleaje obliterando cuanto el alma escribe? Hoy, mirando hacia aquella noche, pienso que el amor más afable, o más intenso, toca y se va; o de seguir, prescribe.
Los Angeles, 7 de octubre de 2012
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3045 - En el pinar
Era el pinar trivial durante el día, vocerío de niños en el juego, de meriendas camperas, y trasiego de gentes en aprecio o apatía. Al ocaso cobraban lejanía fárrago y multitud, brotando luego, entre la sombra, el plácido sosiego que convoca al amante a la osadía. A través del ramaje se filtraban tenues rayos de luna, que arañaban la tiniebla con tibia suavidad. Y allí, sobre la hierba, en la espesura, dialogamos sin voz, que es la más pura forma de transmitirse la verdad.
Los Angeles, 7 de octubre de 2012
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3046 - Al borde de la almohada
Cada noche, al rondar la somnolencia, te dejo un beso al borde de la almohada. Nunca advierto el rumor de tu pisada, pero sé que has venido, por su ausencia. Él solo no se va; ni en connivencia con extraña mujer, ni en solapada, noctívaga abducción. Sólo tu entrada parece demostrar su evanescencia. Al filtrarse la luz de la mañana en mi alcoba, a través de la persiana, sé que has estado aquí, y te lo llevaste. Y la sensual, extática dulzura que percibo en mis labios, me asegura que, antes de tu partida, me besaste.
Los Angeles, 7 de octubre de 2012
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3047 - Viviendo en el pasado
No sé si seductor o fascinado, fue una noche de amor, en que se expresa tanto que no se entiende; y mi promesa fue no volver los ojos al pasado. ¿Por qué mirar a lo que se ha cerrado, a cuanto ya no existe, y no regresa? Besa, mujer, le dije; besa, besa; atrapa el don que se nos ha otorgado. El don es un presente, y el presente es un punto en el tiempo, en el ambiente, que si no lo exprimimos, se evapora. Mutuamente aceptamos y ofrecimos; a la primera luz ambos partimos; y estoy viviendo en el pasado ahora.
Los Angeles, 7 de octubre de 2012
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3048 - Sombras en mi vida
Con el tiempo aprendemos la medida exacta de las cosas, y en regreso a su historia privada, golpe o beso, redescubrimos la ocasión perdida. Monologo a las sombras de mi vida, las que fueron ayer de carne y hueso; aún tengo mucho que decirles, y eso reaviva cada gozo y cada herida. Ellas no me responden, mas no importa; les asigno respuestas, y conforta mi corazón saber que están de acuerdo. Cada una de ellas escogió un camino con meta divergente a mi destino, pero nadie me roba su recuerdo.
Los Angeles, 8 de octubre de 2012
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3049 - Pequeños monstruos
En la alcoba del alma, ¿qué rincones te asustan más, y nunca los visitas? Tantos pequeños monstruos, y tiritas de pensar que ejerciten sus opciones. De rechazos los hay, de humillaciones, de ataduras, de sábanas malditas, y consistentemente los evitas, como a tropel de tigres o leones. ¿Por qué, de una vez ya, no los encaras? Si en la duda y el pánico te amparas, les das más realidad de la que tienen. Ni colmillos, ni zarpas, ni rugidos tiene alcance alguno; están vencidos, y las brumas de ayer no los sostienen.
Los Angeles, 8 de octubre de 2012
Diseño: Carmen Álvarez
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