Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Diccionetos (XIX)

Índice

Sonetos:
Susurro Sábanas Soliloquio Suspicacia Sed Sigilo Sonrojo Sinuoso
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Breverías

2916
Tienes idiomas físicos que ignoras, y hablan alto y directo a quien te mira sin que tú te describas, o lo adviertas. Innumerables gestos con que imploras, te irritas, o enterneces; se transpira tu alma mejor que con palabras muertas. Las actitudes son más elocuentes, escúchalas, que te hablan como expertas, y los vocablos son ambivalentes.

2917
Dadme libros, que instruyen y entretienen, y mujeres, que se me desmelenen, pero no al mismo tiempo, por favor. Me son incompatibles, y no valgo para leer o estudiar mientras cabalgo, y a caballo, no en texto, hago el amor.

2918
Tengo fe en ti, mi artífice; me has hecho tal como soy, de lo trivial que fui; orgulloso de mi hoy, no de mi ayer. Digna en la sala, cómplice en el lecho, borrado el intervalo de ti a mí en recíproco y fiel pertenecer. Obra tuya me siento. Si en idioma volvieras a nacer, conseguiría hablarte sin acento.

2919
Vuelves al viejo pueblo en que naciste, y lo encuentras igual que lo dejaste; pero hay algo, no sé si alegre o triste, que te habla de contraste. Por mucho gozo o sentimentalismo que te depare el singular instante, ya no te pertenece. El poblado es el mismo, pero tú ya te has hecho tan distante que de alguna manera te entristece.

2920
Vives, y eres perpetuo movimiento; alégrate del cambio que la vida día a día te impone. Cambia la piel, la idea, el sentimiento, aprendes algo, y algo se te olvida; de transición el mundo se compone. Quien al cambio se niega, por incierto, a la vida renuncia; ya está muerto.

Sonetos

3202 - Susurro
Es la brisa en las ramas del olivo, colibrí en raudo y cálido aleteo, espuma de las olas, su flirteo rodando en las arenas evasivo. Se te acerca, te envuelve, sugestivo, con mil ideas, tenue borboteo del alma ajena, cuyo audaz deseo sobrevive entre músculos cautivo. Intrigada, lo escuchas, y lo entiendes, y cuanto más musita, más te enciendes, oscilando entre llama y seducción. Mágica facultad esplendorosa de la palabra casi silenciosa que desbarata el último bastión.
Los Angeles, 21 de marzo de 2013
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3203 - Sábanas
Blanco abrazo de raso, en permanente expectativa y picaresca oferta; nunca hubo cerradura en esa puerta para quien llega al borde, complaciente. Se abrirá en ambas márgenes, latente su horizontalidad que, descubierta, se hará súplica y don y, aunque inexperta, sabrá adherirse al éxtasis yacente. Categórico abrazo, en envoltura de la pareja amante que no augura la tercera presencia agrupadora. Esa presencia que convierte en trío cada celebración de un amorío al que furtivamente se incorpora.
Los Angeles, 22 de marzo de 2013
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3204 - Soliloquio
Se nos murió el diálogo, balanza niveladora de disparidades; y hoy nuestras antagónicas verdades trenza cada una introvertida danza. Me hablo a mí mismo, y mi discurso alcanza placidez y altitud, sin las ruindades de la aversión, ni las ambigüedades del que en terreno peligroso avanza. Aplomo y libertad restablecidos, monologo impasible a los ladridos que intenten detenerme en el sendero. Yo mismo me analizo, y rectifico, de hallarme en el error, pero no abdico de expresar libremente lo que quiero.
Los Angeles, 22 de marzo de 2013
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3205 - Suspicacia
No veo azules, verdes o rosados ofrecerse al pincel en tu paleta; sólo colores lóbregos, receta para cuadros de sombras y candados. En la voz con que te hablo van tatuados diáfanos mis conceptos, sin careta, sean llanto infantil o bayoneta, directos van, jamás disimulados. Tú, que no aciertas a venir de frente, te forjas un absurdo componente en justificación de tus temores. Tu actitud, más amarga que genuina, te manifiesta un monstruo en cada esquina que provoca el traspiés de tus errores.
Los Angeles, 23 de marzo de 2013
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3206 - Sed
Me llamó la palmera, tan distante; yo, exhausto peregrino en el desierto, llegué, de arena, de sudor cubierto, y la sed abrasándome, asfixiante. Mas ni oasis de sombra confortante, ni agua reparadora a cielo abierto; espejismo, no más; y, en desconcierto, decidí no seguir hacia delante. Pero me sobrepuse prontamente. Si no calmas mi sed, ni a mí adyacente deseas ser sosiego o palmeral, proseguiré mi búsqueda; algún día me otorgará el azar la compañía que se adapte a mi espacio personal.
Los Angeles, 24 de marzo de 2013
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3207 - Sigilo
En silencio hacia ti. Vengo en cautela, sin perturbar el íntimo momento de cándido, gentil recogimiento en que el alma sus ansias te revela. Quiero observar tu gracia de gacela sorteando concepto o sentimiento que no se ajusta al recio reglamento por ti adoptado, y que te desnivela. ¿Y por qué no permites deslizarse excepción o traspiés, sin apagarse la luz que en torno tuyo has encendido? Cierta infracción, desliz, irreverencia, aunque alteren un tanto la conciencia, darán a tu aislamiento algún sentido.
Los Angeles, 24 de marzo de 2013
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3208 - Sonrojo
Tienes un nombre, y si por él te llamo no avanzarás vergüenza ni protesta; ¿por qué, pues, tu melindre manifiesta reparo a apelativos que amalgamo en la conversación? Yo no programo nombres de cosas; cada cual se gesta en concepción de siglos, brava orquesta de alta fidelidad, que yo proclamo. Llamaré a objeto y forma por sus nombres, te sonrojes, te enfades o te asombres, pues si designa un algo, es pertinente. Voces que el diccionario cataloga no merecen estigma. Se dialoga con precisión, cortés o irreverente.
Los Angeles, 24 de marzo de 2013
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3209 - Sinuoso
La línea recta es gris, anestesiante, por su patética monotonía; carece de gracejo y fantasía, es, frente a la gacela, el elefante. La curva es el carisma delirante la voluptuosidad, la rebeldía; el grito de tu propia anatomía, quebrando moldes, túnica ondulante. Por esa línea voy, semiperdido, sin prisa por llegar, entretenido en cada elevación, cada recodo. La singularidad de tu paisaje da un carácter vital a mi viaje, en el que casi nada es casi todo.
Los Angeles, 24 de marzo de 2013
Diseño: Carmen Álvarez
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