Breverías
2921
Para vivir la vida intensamente,
sitúate en su borde, en su frontera,
donde se duerme el tiempo, y el presente
no sabe del futuro, ni lo espera;
justo a un paso del lóbrego incidente
que llama muerte quien morir pondera.
En ese límite mental, se vive;
en cualquier otro azar, se sobrevive.
2922
Nadie lo sabe todo; en consecuencia,
ni me turba ni afrenta mi ignorancia,
porque tiene remedio en el estudio.
Mas, ay del necio, en mísera indolencia,
incapaz de aprender; su irrelevancia
más bien es laberinto que interludio.
2923
El anhelo se basa en la esperanza
de que lo habremos de lograr un día;
mientras tanto, no queda a nuestro alcance.
En nosotros está la confianza,
que en íntimo susurro nos porfía
a iniciativa, decisión, avance.
Sólo prestándole el oído atento
sabrás que es más que ráfaga de viento.
2924
Cualquiera puede entretener deseos,
pero sólo quien a ellos se aventura
tendrá la gloria, aunque tal vez sangrienta.
Todo tiempo perdido en los rodeos
se llamará más tarde desventura,
gritos de piel voraz y turbulenta.
2925
Quien sólo de noche sueña
pierde más de media vida,
pues con el alma dormida,
¿qué futuro se diseña?
El alma despierta es dueña
de recursos inauditos,
da realidad a los mitos,
resucita los afectos,
y sabe engendrar proyectos
a su gusto circunscritos.
Sonetos
3210 - Subyugar
Bajo el yugo, los bueyes, lado a lado,
siguen su único, rítmico destino,
y avanza el carro, lento, en el camino,
sin perturbar la siesta del poblado.
En el yugo hay unión, pacto forjado
por el imperativo campesino;
y el canto de las ruedas, si cansino,
habla de unísono quehacer logrado.
Quisiera de este modo subyugarte,
siendo conmigo imprescindible parte
de cada afán impuesto por la vida.
Un mismo yugo de igualdad y empeño
encuadrado en un ámbito hogareño
sin exigencias, pero a mí ceñida.
Los Angeles, 9 de abril de 2013
3211 - Surco
Con su dedo de cíclope agresivo
abre el arado el surco en el terreno;
no protesta la gleba, en cuyo seno
recaerá la semilla del cultivo.
Vendrá la lluvia, y bajo el sol festivo,
germinará la vida; el campo en pleno
en verde y oro lucirá el estreno
de su atuendo estival, tan elusivo.
Tierra de laboreo, mi labranza,
mujer y amante, sobre quien avanza
mi tacto por el surco humedecido.
No es la mies, hipotética, mi meta;
es la siembra febril lo que me reta,
campo privado, por la ley prohibido.
Los Angeles, 9 de abril de 2013
3212 - Superficie
Profundizar en ti, quebrar el hielo
interceptor del alma enriquecida,
y horadando las vetas de tu vida,
minar cada filón de tu subsuelo.
Debo entrar por la piel de terciopelo,
para llegar al fondo. Estremecida,
acepta, duda, asiente y, aturdida,
repliega su aquiescencia en pleno vuelo.
Pero se entrega al fin, si mansa, osada.
Mi superficie entera, a ella adosada,
va descubriendo la entrañable esencia.
Por ese diálogo de afecto y roce
mi propia intimidad te reconoce
como el alma gemela de mi urgencia.
Los Angeles, 9 de abril de 2013
3213 - Sinfonía
La he compuesto contigo. Cada nota
emerge de ambos, en compás binario,
a veces manso, a veces incendiario,
como en vaivén el sentimiento brota.
‘Allegro’ en su principio de gaviota
rondando playa y mar, en solitario,
pero deliberado y visionario
plan de captura, exento de derrota.
Entramos al segundo movimiento
bajo ritmo sincrónico, mas lento,
que se va incrementando en el ‘andante’.
Y en el final desagüe del sentido,
galopante ‘rondó’ de acto y sonido
sobre tu abrazo trémulo de amante.
Los Angeles, 10 de abril de 2013
3214 - Suerte
El inútil y el necio, en su ignorancia,
imputan resultados a la suerte,
mala en sus fueros, buena en los del fuerte
que lo debe a su esfuerzo y su constancia.
Es la vía adecuada, en cada instancia,
para eludir la culpa que no advierte,
o se niega a admitir, cada alma inerte
que no entrevé su propia irrelevancia.
La suerte es el pretexto del inepto
para esquivar el ancestral concepto
de la solvencia por el propio hacer.
Cada uno es de sus actos responsable;
la suerte es esa excusa miserable
con la que siempre vamos a perder.
Los Angeles, 10 de abril de 2013
3215 - Suavidad
Sedosa eres de piel; en su tersura
se deslizan las yemas de mis dedos
y el pincel de mi lengua, con enredos
a que la inquieta mente se apresura.
Ni aristas veo en ti ni escarpadura,
geografía de cúpulas. No hay miedos
sobre tu desnudez, pero hay viñedos
en donde el vino del amor madura.
De seda y miel son las sinuosidades
brindándole a mi tacto intimidades
que sin tu oferta ni soñar sabría.
Oh, tierra prometida en que me hospedo,
sobre tu blanda superficie ruedo,
leve brisa o vibrante sinfonía.
Los Angeles, 11 de abril de 2013
3216 - Suspiro
Percibo el aleteo del suspiro
que desde tu ansiedad emprende el vuelo;
hoy no es reclamo de pantera en celo,
ni angustia de eremita en su retiro.
Lo que hoy me llega es beso que respiro
sin rozarte los labios, terciopelo
que es al tacto lo que es el violoncelo
a este oído que escucha lo que miro.
Se te desborda el alma, y en la mano
quisiera recogerla y, hortelano,
transplantarla a mis íntimas parcelas.
Flor de lirio, contacto o aleteo,
surge desde tu entraña, y te poseo,
pues con sólo aspirarlo, te revelas.
Los Angeles, 11 de abril de 2013
3217 - Soberbia
Rondas por la ventana de tu espejo,
te asomas, te contemplas, y te admiras;
nada se te equipara, a nada aspiras,
por ver la perfección en su reflejo.
Y sin embargo, el mundo es más complejo
de lo que te imaginas; también giras
en torno a los demás, y las mentiras
que te adornan son tu único cortejo.
Arráncate la máscara, y libera
tu vida de la carga que adultera
cada elemento de tu identidad.
Engañarás a dos, diez o cuarenta,
mas la burbuja de jabón revienta,
emergiendo, desnuda, la verdad.
Los Angeles, 12 de abril de 2013