Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Diccionetos (XX)

Índice

Sonetos:
Subyugar Surco Superficie Sinfonía Suerte Suavidad Suspiro Soberbia
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Breverías

2921
Para vivir la vida intensamente, sitúate en su borde, en su frontera, donde se duerme el tiempo, y el presente no sabe del futuro, ni lo espera; justo a un paso del lóbrego incidente que llama muerte quien morir pondera. En ese límite mental, se vive; en cualquier otro azar, se sobrevive.

2922
Nadie lo sabe todo; en consecuencia, ni me turba ni afrenta mi ignorancia, porque tiene remedio en el estudio. Mas, ay del necio, en mísera indolencia, incapaz de aprender; su irrelevancia más bien es laberinto que interludio.

2923
El anhelo se basa en la esperanza de que lo habremos de lograr un día; mientras tanto, no queda a nuestro alcance. En nosotros está la confianza, que en íntimo susurro nos porfía a iniciativa, decisión, avance. Sólo prestándole el oído atento sabrás que es más que ráfaga de viento.

2924
Cualquiera puede entretener deseos, pero sólo quien a ellos se aventura tendrá la gloria, aunque tal vez sangrienta. Todo tiempo perdido en los rodeos se llamará más tarde desventura, gritos de piel voraz y turbulenta.

2925
Quien sólo de noche sueña pierde más de media vida, pues con el alma dormida, ¿qué futuro se diseña? El alma despierta es dueña de recursos inauditos, da realidad a los mitos, resucita los afectos, y sabe engendrar proyectos a su gusto circunscritos.

Sonetos

3210 - Subyugar
Bajo el yugo, los bueyes, lado a lado, siguen su único, rítmico destino, y avanza el carro, lento, en el camino, sin perturbar la siesta del poblado. En el yugo hay unión, pacto forjado por el imperativo campesino; y el canto de las ruedas, si cansino, habla de unísono quehacer logrado. Quisiera de este modo subyugarte, siendo conmigo imprescindible parte de cada afán impuesto por la vida. Un mismo yugo de igualdad y empeño encuadrado en un ámbito hogareño sin exigencias, pero a mí ceñida.
Los Angeles, 9 de abril de 2013
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3211 - Surco
Con su dedo de cíclope agresivo abre el arado el surco en el terreno; no protesta la gleba, en cuyo seno recaerá la semilla del cultivo. Vendrá la lluvia, y bajo el sol festivo, germinará la vida; el campo en pleno en verde y oro lucirá el estreno de su atuendo estival, tan elusivo. Tierra de laboreo, mi labranza, mujer y amante, sobre quien avanza mi tacto por el surco humedecido. No es la mies, hipotética, mi meta; es la siembra febril lo que me reta, campo privado, por la ley prohibido.
Los Angeles, 9 de abril de 2013
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3212 - Superficie
Profundizar en ti, quebrar el hielo interceptor del alma enriquecida, y horadando las vetas de tu vida, minar cada filón de tu subsuelo. Debo entrar por la piel de terciopelo, para llegar al fondo. Estremecida, acepta, duda, asiente y, aturdida, repliega su aquiescencia en pleno vuelo. Pero se entrega al fin, si mansa, osada. Mi superficie entera, a ella adosada, va descubriendo la entrañable esencia. Por ese diálogo de afecto y roce mi propia intimidad te reconoce como el alma gemela de mi urgencia.
Los Angeles, 9 de abril de 2013
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3213 - Sinfonía
La he compuesto contigo. Cada nota emerge de ambos, en compás binario, a veces manso, a veces incendiario, como en vaivén el sentimiento brota. ‘Allegro’ en su principio de gaviota rondando playa y mar, en solitario, pero deliberado y visionario plan de captura, exento de derrota. Entramos al segundo movimiento bajo ritmo sincrónico, mas lento, que se va incrementando en el ‘andante’. Y en el final desagüe del sentido, galopante ‘rondó’ de acto y sonido sobre tu abrazo trémulo de amante.
Los Angeles, 10 de abril de 2013
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3214 - Suerte
El inútil y el necio, en su ignorancia, imputan resultados a la suerte, mala en sus fueros, buena en los del fuerte que lo debe a su esfuerzo y su constancia. Es la vía adecuada, en cada instancia, para eludir la culpa que no advierte, o se niega a admitir, cada alma inerte que no entrevé su propia irrelevancia. La suerte es el pretexto del inepto para esquivar el ancestral concepto de la solvencia por el propio hacer. Cada uno es de sus actos responsable; la suerte es esa excusa miserable con la que siempre vamos a perder.
Los Angeles, 10 de abril de 2013
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3215 - Suavidad
Sedosa eres de piel; en su tersura se deslizan las yemas de mis dedos y el pincel de mi lengua, con enredos a que la inquieta mente se apresura. Ni aristas veo en ti ni escarpadura, geografía de cúpulas. No hay miedos sobre tu desnudez, pero hay viñedos en donde el vino del amor madura. De seda y miel son las sinuosidades brindándole a mi tacto intimidades que sin tu oferta ni soñar sabría. Oh, tierra prometida en que me hospedo, sobre tu blanda superficie ruedo, leve brisa o vibrante sinfonía.
Los Angeles, 11 de abril de 2013
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3216 - Suspiro
Percibo el aleteo del suspiro que desde tu ansiedad emprende el vuelo; hoy no es reclamo de pantera en celo, ni angustia de eremita en su retiro. Lo que hoy me llega es beso que respiro sin rozarte los labios, terciopelo que es al tacto lo que es el violoncelo a este oído que escucha lo que miro. Se te desborda el alma, y en la mano quisiera recogerla y, hortelano, transplantarla a mis íntimas parcelas. Flor de lirio, contacto o aleteo, surge desde tu entraña, y te poseo, pues con sólo aspirarlo, te revelas.
Los Angeles, 11 de abril de 2013
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3217 - Soberbia
Rondas por la ventana de tu espejo, te asomas, te contemplas, y te admiras; nada se te equipara, a nada aspiras, por ver la perfección en su reflejo. Y sin embargo, el mundo es más complejo de lo que te imaginas; también giras en torno a los demás, y las mentiras que te adornan son tu único cortejo. Arráncate la máscara, y libera tu vida de la carga que adultera cada elemento de tu identidad. Engañarás a dos, diez o cuarenta, mas la burbuja de jabón revienta, emergiendo, desnuda, la verdad.
Los Angeles, 12 de abril de 2013
Diseño: Carmen Álvarez
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