Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Diccionetos LXXX

Índice

Sonetos:
Anclaje Ánfora Angustia Anochecer Anónimo Apagarse Apasionamiento Aplauso
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Breverías

3221
Pesimista es quien iza la bandera del invierno letárgico en su mente. Optimista, quien hace residente de su propio interior la primavera.

3222
¿Te sorprende el arrojo, la firmeza, con que intento exponer mis opiniones? Las he forjado en bronce día a día. Si tu cultura, lógica, agudeza me proporcionan sólidas razones, revisaré mi propia ideología.

3223
La geografía de mi breve entorno me fascina, confunde, empequeñece; tanta belleza en tan pequeño espacio. El sauce, el lirio, el río, tanto adorno que apenas contemplamos, que se ofrece en calidad de mágico palacio. Se nos pierde el secreto de su encanto por ver tan poco al descuidarlo tanto.

3224
Aun en tu más dogmática certeza, reserva un punto, un ángulo, a la duda, pues nada es categórico o tajante. Cuestiona, observa, estirpa la maleza creciendo en derredor; si no es desnuda, será sólo verdad del ignorante.

3225
Si la oportunidad llama a la puerta, y no quieres abrir, o estás ausente, tu pérdida será, no su injusticia. Imprevista y magnánima, su oferta llega una vez, y sólo el diligente, respondiendo puntual, se beneficia.

Sonetos

3690 - Anclaje
De lejos vengo, sobre mar esquivo, ladrándome espumoso a ambos costados; mi bajel ha evadido acantilados y enfilado borrascas. Mi objetivo, si un tiempo tuvo rumbo fugitivo a horizontes exóticos, vedados, hoy me dirige a más apaciguados esquemas de conducta en lo afectivo. Me ha seducido tu isla, sosegada, sin ninfas ni sirenas, y habitada por alguien como yo, simple mortal. Agua azul, blanca espuma, sol radiante, ¿quién necesita más? Soy navegante por siempre anclado a ti, mi litoral.
Los Angeles, 11 de enero de 2014
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3691 - Ánfora
Alfarera del alma, me moldea tu palabra gentil que, día a día, me roza, me suaviza, y se vacía dentro de mí; tu idea es ya mi idea. Me has hecho ánfora tuya, y burbujea tu mente en mi interior; casi eres mía, y soy tuyo a la vez; no hay lejanía entre ambos ya, mi agenda es tu tarea. Me das, te das, mi recipiente lleno de cuanto eres y piensas; si algo ajeno se vierte sobre mí, lo desestimo. Quien me observe ha ver no ya tu huella, mas se se ha de preguntar: ¿Es él o es ella? Tanto a ti misma, amada, me aproximo.
Los Angeles, 11 de enero de 2014
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3692 - Angustia
Sombría hermana de ansiedad y miedo, te visita si el riesgo es inminente; si éste es real o sólo está en la mente, la angustia hurgará el alma con su dedo. Dedo que es más arpón, y aún más, torpedo, perforando el cerebro, y de repente, al reventar, transformará el ambiente en noche oscura de espectral enredo. Aunque no se realice la desgracia, seguirá en tu interior; su contumacia no ha de retroceder, dura y tenaz. Y lo único real, tu sufrimiento, te hundirá, como bloque de cemento sobre los hombros, sin dejarte en paz.
Los Angeles, 11 de enero de 2014
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3693 - Anochecer
La última luz crepuscular ha muerto, extendiendo la sombra denso manto. No abras la puerta aún al desencanto; la noche es joven, si el lugar desierto. Veo un punto dorado sobre el puerto, guiñando a la marina; escucho el canto de una voz varonil, y el tierno llanto del niño que se aferra a estar despierto. Se van multiplicando las estrellas en el Camino de Santiago, huellas tal vez, de celestial peregrinaje. Y hay amantes que, en múltiples rincones, o entre la fronda, o bajo los balcones, se intercambian extáticos mensajes.
Los Angeles, 11 de enero de 2014
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3694 - Anónimo
Cuántos hijos sin padre, suspirando por recobrar su prístino apellido; de pie en el anaquel, en semiolvido, sólo el nombre los va identificando. El frívolo lector se va guiando por creador, no título, movido más que por la obra misma, por el ruido del autor que se va promocionando. Y los hijos de nadie permanecen a la espera, intocables, aunque ofrecen más riqueza, a menudo, y más decoro. Yo os juzgaré por quienes sois, amigos, procedáis de patricios o mendigos; carácter vale más que cuna de oro.
Los Angeles, 12 de enero de 2014
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3695 - Apagarse
Admiro tu intelecto, me fascina su poder dialéctico, brillante. Es llama (luz, calor) determinante de cada idea que a nacer se obstina. Y, como toda llama, disemina atributo y poder en rutilante suntuosidad, o en flujo insinuante, cada vez que en polémicas opina. Mas, como toda llama, su existencia tiene principio y fin, de la ascendencia a la sublimidad, y al desperfecto. Verás tus facultades racionales desgastarse en tus años invernales, como quien llega al fin de su trayecto.
Los Angeles, 12 de enero de 2014
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3696 - Apasionamiento
Se apodera de mí, me conmociona, me absorbe, me controla, me atormenta; pulpo de cien tentáculos que en lenta conspiración me ciñe y aprisiona. La pasión sólo siente, no razona; fiera impulsiva, eternamente hambrienta, ni oye, ni ve, ni piensa, y se reinventa cada vez que el buen juicio la arrincona. Por mujer, por idea, por objeto, su destino es final, su único reto no cuándo, sino cómo conseguirlo. Tan fatal, y a la vez tan envidiable, pues aún siendo el fracaso inevitable, la lucha por llegar vale el sufrirlo.
Los Angeles, 12 de enero de 2014
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3697 - Aplauso
Aplauso es el incienso dedicado a la deidad del hombre presumido. Y aunque hubo altar al dios desconocido, el hombre marginal no es aclamado. Ya en el podio, el proscenio o el estrado, presentará cariz sobrecogido; es la falsa humildad del engreído, que lo merece todo y lo ha logrado. Aspira cada ingrávida voluta del incienso ofrecido, y lo disfruta bajo asumida condición divina. Al estallar la plebe en vitoreo y acoger el Olimpo al corifeo, el nuevo mito en esplendor camina.
Los Angeles, 12 de enero de 2014
Diseño: Carmen Álvarez
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