Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Melodías

Índice

Sonetos:
Primer hijo Siempre tú Vencido Música El mundo y tú Techo Piedra Compenetración
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Breverías

2141
Tanto tiempo viviendo a tus orillas, y tan poco en ti misma. ¿Qué derrota pudiera ser mayor, qué pesadillas más agobiantes, qué alba más remota? ¿A qué costado abocaré mañana que se me abra en ofrenda permanente, y en cuya perspectiva cotidiana lo igual se alíe con lo diferente?

2142
Esta mano que escribe, también piensa. Pensar en ti, qué forma de escribirte. O escribir sobre ti, tan indefensa y tan eufórica al desinhibirte. Mi claridad de léxico e ideas a tu desenvoltura se equipara; tu desnudez es transparencia, y creas poemas que yo sólo imaginara.

2143
Se me encienden los ojos y las manos, se me encienden ideas apremiantes, se me encienden propósitos paganos, se me encienden proyectos penetrantes, porque se encienden tus primeros planos y me incendian en cópula de amantes. En combustión estoy, no consumido, leño sensual en llamas retorcido.

2144
Eras toda una fiesta que persiste con estallidos de oro y movimientos; y a mí, como invitado, me encendiste, adornándome de ávidos intentos. Pasó mi tiempo, en parte te dormiste, y en parte me morí. Quedan fragmentos de un pasado dudoso; quizá un día vislumbres, al reunirlos, mi agonía.

2145
Amores que subsistan de pie, no de rodillas, mas que adopten a veces la línea horizontal; que generen conceptos entre las dos orillas, pero que dejen libre también al animal. Amores que si un día resbalan o tropiezan, sepan incorporarse, retomar el camino; que cuando se aletargan, pronto se desperezan, y que a distinguir lleguen apócrifo y genuino. Amores son trabajos, pero también son artes. ¿Cómo son los amores que sueñas o compartes?

Sonetos

2192 - Primer hijo
Ábrese la corola de la rosa y canta su canción la primavera; brota la fuente al pie de la palmera y se vierte en salmodia rumorosa. Tú también te has abierto, en prodigiosa revelación de vida tempranera, y eres desde hoy más rosa y más entera, más manantial, y más canción gozosa. El minúsculo vástago, en progreso a golpe de reloj, llevará impreso tu propio rostro en su fisonomía. Repetirá tu vida en cierto modo, pero tendrá la suya, y sobre todo duplicará tu propia melodía.
Los Angeles, 9 de septiembre de 2009
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2193 - Siempre tú
No sé si el hambre que me muerde ahora es de tu cuerpo, que se me ha evadido, de tu espíritu, anclado en el olvido, o del sueño irreal que mi alma añora. Avidez que me anega, o me devora, que a veces me destruye, y sumergido en mi oscuro interior inmerecido, la misma espada soy que me perfora. Por quebrar los grilletes que me apresan, disipando memorias que regresan tan insistentes, me enamoraría de cualquier accesible silueta. Pero tal vez este alma de poeta, tal como fuiste ayer, te inventaría.
Los Angeles, 10 de septiembre de 2009
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2194 - Vencido
Ni en mi espejo interior quiero mirarte, ni escuchar los recuerdos que aún te llaman; mi ánfora se ha quebrado, y se derraman las aguas puras que acopié al amarte. Absórbalas la tierra, que comparte mi rango de vencido. Se encaraman sobre mi horizontal, y me reclaman reptiles en botín, parte por parte. Reptiles de ignominia y desapego, endurecidos, como a hierro y fuego, en la asfixiante sombra de la fragua. No intento levantarme, ni podría si lo quisiera hacer, pues volvería de nuevo a desplomarme, como el agua.
Los Angeles, 10 de septiembre de 2009
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2195 - Música
Reclinado en la música, me olvido de cuanto me rodea, en piel y mente; duerme la realidad, o se hace ausente, y el pensamiento flota, indefinido. Este es mi propio exilio, que no ha sido por nadie decretado; es mi presente derrotando a un pasado displicente, nardos amordazando el alarido. La música es el mar, ya mar en calma sosegando algaradas en el alma, o borrascoso, hundiendo su indolencia. Todo ímpetu vital, y todo espuma, suaviza, impele, pero nunca abruma, por eso me abandono a su influencia.
Los Angeles, 11 de septiembre de 2009
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2196 - El mundo y tú
Respiro mar, y bosque, y luz respiro, embriagándome azul, fronda y reflejo; y absorbo cada sombra que en tu espejo perdura, al irse la mujer que admiro. Por ojos te hablo, por la piel te miro, mi palabra te roza, y te festejo con mi trama de ideas y un cortejo de ansiedad, de añoranza, de suspiro. Azul, fronda y reflejo me revelan tantas cosas de ti, que desnivelan mi visión arquetípica del mundo. Y lo prefiero así, pues lo contemplo como la ingente bóveda del templo en que mi fe en tu compromiso fundo.
Los Angeles, 11 de septiembre de 2009
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2197 - Techo
Llevo a la espalda abrumador el techo de la alcoba en que amante fui contigo; él, tan etéreo entonces, fue testigo de cuanto aconteció sobre mi lecho. Lo sentía en mi piel, como al acecho de la próxima acción, íntimo amigo instigador, a quien escucho y sigo, horizontalidad que no desecho. A tu renuncia y fin de nuestro pacto, mi fe se desplomó, perdí el contacto, y mi alcoba quedó glacial, vacía. Sentí como si el techo se me hundiera, el techo, que tan bien nos conociera, y sobre mí lo llevo todavía.
Los Angeles, 13 de septiembre de 2009
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2198 - Piedra
Piedra que nunca sangra, nunca llora, ni razona, ni tiembla, ni palpita… Tal quisiera tornarme, cuando agita la vida hostil su tralla represora Y me sangra la espalda, receptora de tantos latigazos, y me irrita la voz de la mentira, que no grita, sino que me habla en forma seductora. Se me derrumba el alma en tanta ausencia, me desintegra tanta indiferencia, me hunde en mí mismo tanta soledad. Mente vacía, corazón de roca, que nada arrastra, hiere ni sofoca, ¿cómo adquirir pareja inmunidad?
Los Angeles, 14 de septiembre de 2009
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2199 - Compenetración
Música eres eufórica, vestida de traslúcido ritmo insinuante, danzando en torno a mí, sensual bacante que a su lecho bohemio me convida. Si te escuchan mis ojos, si atrevida cada mano es mirada itinerante que te observa y estudia, y apremiante rasga tu velo de ola estremecida; si te acercas aún más, y me rodeas, arropando mi cuerpo, y me permeas hasta los huesos de tu melodía; receptor de ti misma y reactivado, por tu propia irrupción atravesado, con mi penetración respondería.
Los Angeles, 15 de septiembre de 2009
Diseño: Carmen Álvarez
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