Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Contrapuntos

Índice

Sonetos:
Vivir, renacer, morir Café bohemio Cayendo sobre ti Reemplazo Río abajo Loco Contrariedades Al piano
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Breverías

2186
Tallé el sueño más alto, con diadema de estrellas, también el más profundo, de simas oceánicas, y el más largo, sendero con dos castas de huellas, y el más arrebatado, por sus crestas volcánicas. Lo consigné a los brazos de una mujer hermosa, que lo acunó algún tiempo, y amamantó entrañable. Me lo devolvió un día, fracturado, y reposa exánime en la estepa gris de lo irreparable.

2187
No me descansa el hambre de amar y ser amado, me fustiga la mente, me roe las entrañas, se atornilla en el sexo, mas no quiebra el candado que me enjaula y bloquea. Desconozco qué extrañas, absurdas leyes rigen este mundo de locos, con multitud de Tántalos, voraces y sedientos, el manjar casi al tacto de todos, y tan pocos saben del triunfo, y tantos, como yo, de lamentos.

2188
¿Por qué escribo de sombras, cuando es radiante el día, cantan los ruiseñores, y florecen las rosas? ¿Será que en mi hemisferio se duerme todavía, que son largas las noches, plomizas y lluviosas? Quiero abordar la aurora con pluma rutilante, y escuchar los sonidos que a la luz se despiertan; quiero, por si no llegas, inventarme una amante, de las que tal vez mueren, pero que no desertan.

2189
Ah, ya no lloras, no, vives tranquila. De noche, duermes, sin el sobresalto de mano indeseada que perfila tu contorno de piel hacia el asalto. Pero al abrir tus ojos, de mañana, en esa inmensa soledad del lecho, ¿no añoras el abrazo que engalana tu desnudez, y el palpitar de un pecho?

2190
Nostálgico hoy estoy de tus cabellos. Entre mis dedos resbalaban cuando tu casa para mí quedaba abierta. Y al anclar en la nuca, todos ellos se estremecían, como bajo blando soplo de brisa el olmo de la huerta. Nostálgico también de tus pupilas, tan narcotizadoras, tan tranquilas.

Sonetos

2257 - Vivir, renacer, morir
No sé de dónde vine, trashumante de cien caminos por adversa tierra que nunca me impactaron. Si hubo guerra, yo, hombre de paz, no fui beligerante. Si en concordia vivían, yo, intrigante, revolvía conciencias. Quien se aferra a su entorno, es cerebro que se entierra en noche ambigua o credo intolerante. Al recalar en ti supe quién era, mi origen, mi destino, mi manera, como si para ti hubiera nacido. Y al ausentarte de mi vida luego, fue como si una turba a sangre y fuego dejara mi castillo derruído.
Los Angeles, 15 de noviembre de 2009
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2258 - Café bohemio
Soy el café bohemio de la esquina. Tanto perfil, extraño o conocido, se adentra en mí; cada ángulo dormido se me despierta en cháchara anodina. Cada mesa repite su rutina, hora tras hora, de humo, vino y ruido, y en tal pozo sin fondo, sumergido, la piel del sueño se me apergamina. La noche disminuye lentamente la asistencia, despéjase el ambiente, quedando al fin en absoluta calma. Esta es la soledad, es el sosiego, a que en recogimiento me repliego para poder recuperar el alma.
Los Angeles, 16 de noviembre de 2009
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2259 - Cayendo sobre ti
Cayendo sobre ti, lluvia ligera; transfigurado en agua luminosa de mañana abrileña, y tú la rosa que, entreabierta de pétalos, espera. Cayendo sobre ti, sin la barrera de paraguas abierto, en primorosa caricia de humedad voluptuosa de rostro y cuello a senos y cadera. Cayendo sobre ti, resbaladizo, en largos surcos, por los que deslizo, blando, impúdico dedo, cada gota. Cayendo sobre ti, variable lluvia, que te asperja, te cala, te diluvia, inundación en que tu cuerpo flota.
Los Angeles, 16 de noviembre de 2009
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2260 - Reemplazo
Lleno el zurrón de versos palpitantes no entendidos ayer o desdeñados, en busca voy de campos no labrados para sembrar mis cánticos galantes. Si esas tierras perfílanse distantes, no lo estarán, rendidos mis cuidados, y en sus fértiles zonas arraigados se harán mis versos árboles gigantes. No sólo voy en éxodo de abrazos, voy en requerimiento de reemplazos de ojos y oídos que se adormecieron sin percibir el integral mensaje de mi composición, de mi lenguaje, que para ellos nació, mas evadieron.
Los Angeles, 17 de noviembre de 2009
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2261 - Río abajo
Me aterra descubrirlo, pero siento que el corazón de ti se me desnuda; no la memoria, que aunque ciega y muda, te habla y te ve en su frío alojamiento. Es en la intimidad del sentimiento que me voy desaguando, que la duda, ayer señal de vida, no me ayuda a percibir tu pulso ni tu aliento. Si te desvaneciste como amante, fue tu imagen de amada tan radiante que amortiguó mi soledad amarga. Mas tal lazo se me ha ido desatando; tú, canoa que el río va alejando, yo, estibador privado de la carga.
Los Angeles, 17 de noviembre de 2009
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2262 - Loco
Fui loco, desmedidamente loco, y amé con arrebatos de poseso, sin más fórmula o rito que el exceso, pues amar con mesura es amar poco. Y supe responder: ‘No me equivoco’ a cada augurio, lógico o sin peso; y no me equivoqué, pues cada beso se hizo deidad que todavía invoco. Aprendí que si el vínculo agoniza, no así su plenitud, que se eterniza, pues nadie deshará lo ya vivido. Fui insensato, tal vez, pero constante, guardando amor, aunque perdiera amante; loco en verdad, maltrecho, no abatido.
Los Angeles, 17 de noviembre de 2009
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2263 - Contrariedades
Yo a la espera de rosas, y el terreno, junto al bardal, sólo produce ortigas; yo proyectando pleamar de espigas, mas granizó, y murieron en el cieno; yo tejedor de sueños, me encadeno a realidades sórdidas, a intrigas; y yo, girando en órbitas amigas soy ofrecido brindis de veneno. El alma en ocasiones se resigna, y a veces se rebela, ante esta indigna fatalidad que ilógica la oprime. La vida es más absurda que coherente. Quizás es necesario un componente de indiferencia a cuanto se aproxime.
Los Angeles, 18 de noviembre de 2009
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2264 - Al piano
Regreso a mi rincón, a la guarida que siempre acoge a mi animal humano; la tan amplia sonrisa del piano le pide al tacto ser estremecida. Acerco el taburete. Me intimida por un instante, al extender la mano, el prodigio de notas que desgrano, como al bordar un beso en una herida. Pronto el tacto no piensa, corre, vuela, en saltos rítmicos, polichinela casi con vida propia, en amalgama de ternura y fiereza, de amargura, gozo y dolor, y en esta tesitura nada fuera del alma me reclama.
Los Angeles, 18 de noviembre de 2009
Diseño: Carmen Álvarez
Poemas © Francisco Álvarez Hidalgo, Familia Álvarez, 1997-2014. Todos derechos reservados.