Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Mascotas

Índice

Sonetos:
Bek Mishka Bel-la Ben Elliot Logan El gato Princess
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Breverías

2391
Lluéveme, lluéveme, feroz invierno, azótame las tejas, las ventanas, desborda canalones; que más que en temporal, me hablas en tierno y entrañable lenguaje en las mañanas en que mi amor prolonga sus funciones. Escucho tus rumores y sonrío, pues en la paz me cantas del rocío.

2392
Arraigado en tu piel. Raíces tengo que hurgan tu vientre y se hunden en tu tierra. Vereda tú, por donde voy y vengo. Y a ambos, la noche audaz se nos aferra.

2393
Eran cinco los olmos junto al río. Eran cuatro las rosas en la arena. Eran tres las palabras en desvío. Eran dos los amantes en la escena. Era uno solo, por el campo frío…

2394
La muerte a todos pisa los talones, no hace falta volverse para verla, nos precede el perfil de su guadaña. Mas no es razón para lamentaciones. Nuestra sonrisa no podrá vencerla, mas sí los miedos que su sombra entraña.

2395
Con mesnadas de luz a nuestra zaga, ¿a qué el temor de sombras que encaramos? La vida es lámpara que no se apaga aun cuando al túnel de la ruina entramos. Porque haya una galera que naufraga, a la navegación no renunciamos. Dolor, traición, derrotas o fracasos, no son la meta, sólo son retrasos.

Sonetos

2517 - Bek
Soy el débil vestigio que olfatea mi perro sin cesar, como en lectura de texto arcano, de acepción oscura, a cuya exégesis tenaz se emplea. Sólo un rastro en el aire, que espolea su condición de amigo, y le apresura a suspender la nueva travesura con que en mi ausencia a solas se recrea. Orienta las orejas hacia el ruido que sólo él oye, a punto de ladrido, inmóvil, la nariz inquisitiva. Abro la puerta y entro; y se abalanza sobre mí con la fuerza y confianza de su naturaleza primitiva.
Los Angeles, 2 de diciembre de 2010
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2518 - Mishka
Pobre Mishka, tan bella, tan celosa…, perenne reina del hogar, sujeta sólo a normas que implanta o interpreta de acuerdo a su aquiescencia caprichosa. Fue la niña mimada, mariposa de giros súbitos, de mente inquieta, maniobrando su ardid de marioneta sobre cualquier humano que la acosa. Pero Bel-la llegó, con el embrujo de quien se sabe bella, y le redujo las horas de atención, que no el cariño. No hay animadversión ni hostilidades, sólo un cierto bagage de ansiedades, como al nacer en casa un nuevo niño.
Los Angeles, 3 de diciembre de 2010
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2519 - Bel-la
¿Qué prisa tienes de crecer, chiquilla? Siete meses atrás, tan diminuta, y hoy casi adolescente, que permuta continuamente cuna y escudilla. Al fondo de tus ojos, a la orilla de tu arsenal de trucos, tan astuta, se fragua cada treta, y se ejecuta de acuerdo al plan que en tus retinas brilla. Trato de anticiparme a tus acciones, mas siempre llego tarde; no hay ladrones con mayor ejercicio de destreza. Cuatrera de mi vida, atracadora de mi atención y tiempo: Se te añora cuando cierra tus ojos la pereza.
Los Angeles, 3 de diciembre de 2010
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2520 - Ben
Voluminoso gato, vagabundo de porte señorial, que me visitas tan cumplido a diario, y solicitas discretamente tu ración. Oriundo de cuatro casas más allá, tu mundo es el nido adoptado a que te invitas, el estante alfombrado en que dormitas, o tu sosiego al sol, meditabundo. Llevas la calma de quien desconoce la faz del miedo, y aunque abierto al roce, sabes alzar la zarpa del castigo. Y has escogido a Bek, gentil gigante, camarada de tacto, tan galante que nunca encontrarás mejor amigo.
Los Angeles, 3 de diciembre de 2010
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2521 - Elliot
No seguiría usanza ni costumbre si tuvieras que ser rebautizado; gato tal debería ser nombrado, por su rasgo primario, ‘mansedumbre’. Tal vez tiene sabor a servidumbre, por no ser más viril o inusitado; pero es que la dulzura te ha marcado, sobresaliendo entre la muchedumbre. Ni un solo gesto adverso, ni un indicio de enojo o tirantez si te acaricio, rosa de piel en orfandad de espinas. Estrecho tus patitas en mi mano sin percibir tus garras, y en tu arcano lenguaje de ojos me hablas y examinas.
Los Angeles, 4 de diciembre de 2010
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2522 - Logan
Todavía te extraño, mi pequeño, partido años atrás, como quien deja su cuerpo, roto ya, sin una queja, y hacia campos de azul orienta el sueño. Ignoro hasta qué punto fui tu dueño, o si enredó tu astucia la madeja de mi propia razón, que aún hoy refleja cierta inseguridad. Tan hogareño, tú, mi negrito, tan gentil y blando, con qué destreza te arrogaste el mando de nuestra afectuosa convivencia. Nunca fui tu señor, tú fuiste el mío; y fue tu voluntad el labrantío que laboré feliz… hasta tu ausencia.
Los Angeles, 5 de diciembre de 2010
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2523 - El gato
No tuvo nombre. Simplemente ‘el gato’. Ni origen familiar. Advenedizo. Llegó de noche, entrando al cobertizo a través del ventano. Era el retrato del hambre y el temor, y sin contrato se incautó del lugar. Viento y granizo lidiaron en la noche, y el hechizo de un alba espléndida tocó a rebato. Le sorprendió la dueña a la mañana, y una fuga inicial, pero cercana, sugirió interacción de voluntades. Fue el precio una escudilla de alimento, y el gato sin bautismo, lento, lento, progresó de recelo a afinidades.
Los Angeles, 5 de diciembre de 2010
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2524 - Princess
Lucía gargantilla de diamantes que al sol lograban parecer genuinos; gentil exploradora de caminos inverosímiles, mas no distantes. Sus pasos eran rítmicos, galantes, sobre el muro, a la sombra de los pinos, observando en acción los estorninos meciéndose en los cables ondulantes. Saltaba junto a mí, coqueteaba rozando mis tobillos, y maullaba con acento de gata seductora. Elliot y Ben fijaron residencia un día en mi jardín, y su presencia ahuyentó a la princesa trepadora.
Los Angeles, 6 de diciembre de 2010
Diseño: Carmen Álvarez
Poemas © Francisco Álvarez Hidalgo, Familia Álvarez, 1997-2014. Todos derechos reservados.