Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Tiempos

Índice

Sonetos:
Bandera al viento Surcas mi mente Sábanas La palabra Ahora y todo Por cada calle (I) Por cada calle (II) Ya no cuento los días
seperador

Breverías

2686
Cuando la vida te convoque al llanto no acudas a la cita, canta y ríe, que vales más que la ocasión fallida. La derrota, el dolor, el desencanto, colores son que el júbilo deslíe. Píntale tus colores a la vida.

2687
Lleno de obstáculos está el camino, y en ellos puede tropezar tu pie, mas continúas, sin volver a casa. ¿Por qué los infortunios que el destino pueda lanzarte, han de quebrar tu fe? Piensa que cuanto llega, pronto pasa.

2688
Me han venido victorias y derrotas, y he quedado exultante o deprimido, mas lo he mirado todo en su contexto. Gozos y llantos de hoy serán remotas incidencias mañana. Lo vivido quede tal cual, sin aducir pretexto.

2689
Desguazamos propósitos y amores, y con sus desperdicios y maderas procuramos armar nuevos intentos. Y esa es la vida, instintos destructores, y en el fondo del alma, las quimeras de gestar paradójicos inventos. Eterno ciclo de demoliciones, vestigios útiles, reconstrucciones.

2690
Te amo con tus flaquezas y defectos, como se ama la luz, madre y señora de cada sombra que el fulgor genera. Te amo aunque no culmines tus proyectos, porque prefiero un alma creadora aun cuando no concluya la carrera. Te amo a pesar de todo, y de mí mismo, en mi desesperanza, en tu optimismo.

Sonetos

2946 - Bandera al viento
Enredado quedé en tu cabellera, oleaje otoñal, lábaro al viento. Bajo mi propio pelo, el pensamiento de tu corteza y fondo se apodera. Tras la fragilidad de cristalera percibo robustez y atrevimiento, por eso vengo a ti, voraz, hambriento, tremolando el instinto de mi fiera. Tu paso firme no era de quien huye, más bien de quien audaz se distribuye en concepto de ofrenda universal. Mi demanda, o premura, es más precisa. Aspiro a tu contacto y tu sonrisa en exclusión de roce incidental..
Los Angeles, 3 de abril de 2012
seperador
2947 - Surcas mi mente
Surcas mi mente en cada rojo verso que paren mis deseos. ¿Lo sabías? Se desaguan mis ciegas energías, y sobre tu desnudo las disperso. Si pienso, sueño, escribo, te converso, me oigas o no. Compongo sinfonías combinando amarguras y alegrías resonando por mi íntimo universo. Es, hasta cierto punto, irrelevante la corporalidad de un otro amante. Quien sabe amar, dispone en sí de todo. Si me escuchas, si me hablas, si me quieres, compartiremos penas y placeres. Si no, yo sé de amor, y me acomodo.
Los Angeles, 3 de abril de 2012
seperador
2948 - Sábanas
A la primera luz de la mañana las sábanas despiertan, en dolencia de las manos vacías de tu ausencia, llenas antes de ti, cuando cercana. Y no saben qué hacer. Por la ventana se adentra el sol naciente, en insistencia de calor y sonrisas. Su elocuencia es rumor de monótona campana. En sus pliegues aún viven los sudores aspirados de ti, reveladores de horas activas de mejor fortuna. Extrañan el abrazo en que envolvieron tus miembros exaltados, y perdieron soñándote, antes de dormir la luna.
Los Angeles, 4 de abril de 2012
seperador
2949 - La palabra
La palabra se finge indiferente, mas nunca es imparcial, pues lleva el sello de quien la emite, látigo o destello, bondad o ultraje, apóstata o creyente. Más que la esencia, el tono es concluyente de la intención. El exterior, si es bello, nos seduce, aunque toquen a degüello campanas tras la piel. Lo ambivalente sabe adentrarse por la falsa puerta de la debilidad, siempre entreabierta, tergiversando el más textual mensaje. No oímos, escuchamos, embebidos en nuestros propios símbolos y ruidos, asentándole enigmas el lenguaje.
Los Angeles, 4 de abril de 2012
seperador
2950 - Ahora y todo
Me besó desde el fondo de la audacia, sin más requerimiento que el instinto; yo era copa fugaz de vino tinto que ella quiso beber. La diplomacia no entraba en sus costumbres. Sí la gracia, carisma y candidez. Piel de jacinto, mas tras la piel confuso laberinto de opciones grises. La florida acacia nos amparó del sol;. sobre la espesa hierba de mayo, sólo una promesa: ‘Ahora y todo; mañana no ha nacido’. Me amparé en la ceguera hacia el futuro. Su mágico, y maléfico, conjuro me dejó arrebatado. Y abatido.
Los Angeles, 5 de abril de 2012
seperador
2951 - Por cada calle (I)
Por cada calle atípica y oscura de nuestras viejas citas, hoy rastreo tu sombra y tu fragancia, y balbuceo cada frase de ayer, que en mí perdura. Cada donaire, cada travesura cada frivolidad o titubeo, renacen a mi paso, revoleo de calandrias en íntima conjura. Casi vas a mi lado, casi estrecha mi brazo tu cintura, y cada fecha del pasado lejano es hoy, ahora. Apenas miro en derredor; retengo cuanto fuiste y logré, por eso vengo, a ejercitar la mente soñadora.
Los Angeles, 6 de abril de 2012
seperador
2952 - Por cada calle (II)
Pero también te encuentro en el gentío, y en la plaza mayor, y en la alameda, por donde aún vas, con ese andar de seda ajeno a ruido y huellas. No hace frío junto a ti en este invierno tan sombrío, ni me moja la lluvia, ni se enreda a mis piernas el viento, ni se hospeda dentro de mí cuanto no es tuyo y mío. Voy solo, mas contigo. Se adivina que, invisible, un espíritu camina indefectiblemente a mi costado. Tal vez porque en mi propio sueño inmerso, te canto, te sonrío, te converso, viéndome los demás enamorado.
Los Angeles, 6 de abril de 2012
seperador
2953 - Ya no cuento los días
Ya no cuento los días, ni las horas, ni me detengo a ver el calendario. Pase el río del tiempo, y su inventario de esperanzas y lances y demoras. Desterrados los sueños, las auroras no son risas de luz, son mobiliario relegado al desván. Fueron sagrario, profanado por mentes incoloras. Y este mundo de insomnios no me agita. El muerto, muerto está, no resucita, y el vivo sobrevive a duras penas. Pase el río del tiempo. No lo miro deslizarse a mi vera. Me retiro a mis propias, inútiles faenas.
Los Angeles, 6 de abril de 2012
Diseño: Carmen Álvarez
Poemas © Francisco Álvarez Hidalgo, Familia Álvarez, 1997-2014. Todos derechos reservados.