Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Diccionetos (XLV)

Índice

Sonetos:
Fuego Fuente Fugitivo Furtivo Galanteo Galopar Gemido Gentío
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Breverías

3046
Elige un tema, arrúllalo en la cuna donde inquietas se agitan tus ideas, e imprégnese de su íntima armonía; dale un toque de mar, de luz de luna, de color, de fragancia, y lo moldeas. Lo que vibra en tu mano es poesía.

3047
Tal vez halles belleza en mis poemas, mas si es sólo mental el embeleso, concluiré que en parte he fracasado. Aspiro a que mis formas y mis temas inicien en tu espíritu un proceso de convergencia con mi propio estado. Sea mi verso espejo en que te miras, te ves, te reconoces, y suspiras.

3048
Mira en tu entorno, observa el aleteo de la alondra, el abrazo de la brisa, los cipreses en tenue balanceo, la nana que la tórtola improvisa, el arroyo en gentil vagabundeo, la luna, el mar…, y esboza una sonrisa. Detecta la belleza en el cortejo de cuanto ves, y nunca te harás viejo.

3049
Tan extraño el amor, en su belleza, en su ansiedad, en su melancolía, en su complejidad contradictoria. Vino que se nos sube a la cabeza, vitalidad fundida en agonía, vinculación y línea divisoria. Elixir, antitóxico y veneno, rayo de luz, estrépito de trueno.

3050
Si la belleza es luz, sombras la habitan que por contraste amplían su relieve; ni la mancillan ni la debilitan, y así, el menos perfecto, se le atreve. Si fuera toda luz, nos cegaría, mirándola de frente. Venga imperfecta, pero en armonía, y en determinación, mas aquiescente.

Sonetos

3410 - Fuego
Por la amplitud del alma, geografía de cerros, altiplanos y quebradas, (ilusiones, ensueños y escapadas), desata el fuego su voraz jauría. Mezcla de festival y de agonía, de oscuras noches, claras alboradas, empavorece a fieras dentelladas al amante en terror o en armonía. Porque amor es incendio, ya el florido, o el que sigue muriendo del olvido, ambos, en su fervor, abrasadores. En ambos agoniza el sentimiento, por ansiedad el uno, por tormento aquél que ahora naufraga en sus dolores.
Los Angeles, 4 de septiembre de 2013
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3411 - Fuente
El borbollón sobre la blanca arena, súbito umbral en vocación de río, que al serpear en el boscaje umbrío con delirios de mar se desmelena. O en la plaza local, la cantilena de enhiestos surtidores, atavío de rumor circular en torno al trío de Neptuno, el tritón y la sirena. O el chorrito del mísero poblado del que llena su cántaro el cansado niño de grandes ojos soñadores. Estás aquí y allí, grandilocuente, o serena, o gentil, mas no excluyente, pródiga de tus límpidos favores.
Los Angeles, 5 de septiembre de 2013
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3412 - Fugitivo
Lo es el tiempo, y el río, y los amores, y lo somos nosotros, prisioneros de nuestro devenir, cuyos senderos nos apremian a escapes ulteriores. Apenas tiempo de observar las flores, contemplar sobre el agua los veleros, en la noche estrellada los luceros, y en la fronda escuchar los ruiseñores. La vida se nos va en apresurada fuga fatal, etérea bocanada de humo sutil que ya no se captura. Y aunque nadie podría detenerla, la tratamos como una madreperla arrojada de pronto a la basura.
Los Angeles, 5 de septiembre de 2013
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3413 - Furtivo
Ni ladrón ni de noche. Seducido, voy, si a la luz del día, sigiloso. Nadie sepa el sendero tortuoso que a tal complicidad nos ha traído. A ti vengo, a mí vienes, qué estallido nos envuelve, que arpón voluptuoso enristra el mutuo bloque tembloroso de mi vigor sobre tu piel tendido. Diafanidad al tiempo que misterio en tan confidencial, doble adulterio, que aun limitado a dos, rezuma orgía. De regreso al hogar, nuestras miradas, plenas de luz, serán interpretadas como efecto atmosférico del día.
Los Angeles, 5 de septiembre de 2013
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3414 - Galanteo
No tañeré el laúd a tu ventana, ni entonaré anticuados madrigales, ambos ardides crónicos rituales de atávica costumbre cortesana. Mas llamaré a tu puerta una mañana, cuando el canto gentil de los zorzales te llame a soledad, y en los cristales te invite el sol a que alces la persiana. Me conoces, te alegra mi llegada y el tono de la voz enamorada que te susurra versos aún no escritos. Vistiendo nada más que tu sonrisa, me enardeces, y tu alma me improvisa trova que funde todos mis circuitos.
Los Angeles, 6 de septiembre de 2013
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3415 - Galopar
Exhausto de trivial peregrinaje por senderos anónimos, sospecho que el simple caminar nos vendrá estrecho, y te ofrezco otra forma de viaje. Sé mi corcel, a piel, sin equipaje ni silla de montar. Sobre tu lecho la llanura es ubérrima, y el techo brindará a las estrellas hospedaje. En tal zona, si estrecha, ilimitada, se gestará nuestra ágil cabalgada, traspasando las últimas fronteras. Alas te crecerán, pegaso vivo, yo sobre ti, será nuestro objetivo conquistar las más íntimas quimeras.
Los Angeles, 7 de septiembre de 2013
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3416 - Gemido
Ignoro si tu agónico gemido es de placer, dolor o desespero; me aldabonea el alma, mensajero que al dar recado, ve que lo ha perdido. No inferiré; deslízame al oído tu íntima situación; soy compañero que al escuchar, sugiere, no agorero predictor del futuro o lo escondido. Tu silencio aflicciones enarbola; sin revelar, sollozarás tú sola, que hermanos son gemido y soledad. No ya el dolor requiere confidencia, también el gozo; y en la transparencia, éste se dobla, aquél es la mitad.
Los Angeles, 8 de septiembre de 2013
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3417 - Gentío
Independiente soy, frente a la masa borreguil que se agita, mas no piensa. Hombre soy de conceptos, cuya intensa individualidad es luz y brasa. Tiene dueño el gentío, que lo engrasa, lo acopla, lo define y lo condensa, de acuerdo a un plan. Su sola recompensa será escoltar, seguir; si no, fracasa. Ni sabe o puede decidir, se arrastra al control de su líder, que lo castra de su propio carácter personal. Yo prefiero ser yo, con mis razones, teniendo en mi sendero mis opciones, y ampliando mi propio potencial.
Los Angeles, 8 de septiembre de 2013
Diseño: Carmen Álvarez
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