Poemas de amor, de soledad, de esperanza
de
Francisco Álvarez Hidalgo

Antología de Sonetos

245 - Reprimida - II
¿Por qué, mujer, cuando te salgo al paso, ya con apasionado atrevimiento, o con dulce, gentil requerimiento, huyes del fuego vivo en que me abraso? Déjame ser el agua de tu vaso, recibiéndome en tí; deja a mi aliento entremezclarse al tuyo, que ya siento cómo de mí te colmo y te rebaso. Oh timidez equívoca y malsana, que vuelve a deplorar cada mañana la noble oferta rechazada ayer. Si no aceptas la mano que se ofrece, rosa que apenas nace palidece, cuando la quieras, ¿quién la irá a ofrecer?
Los Angeles, 4 de agosto de 1999
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