Breverías
3226
Lléname de armonía la copa del silencio,
la beberé hasta el fondo, me embriagaré de ti,
y al llegar a tal punto que ya no diferencio
quién soy yo de quién eres, te llenaré de mí.
3227
No se apague el arrullo con que intentas
sosegar el motín de las tensiones
que separan mi mente de tus actos.
Con tu sentido maternal ahuyentas
la tiniebla del miedo y las visiones
que obstruyen nuestros íntimos contactos.
3228
En el arco viviente de tu abrazo
pretendo refugiarme,
en búsqueda de paz, y de calor.
En tu invisible llama me solazo;
permíteme acercarme,
mira que vengo en frío y en temblor.
3229
Oscurece. De noche, los amantes
saben que es el momento de la cita,
se encuentran y se esconden y se besan.
Mundo y vida son menos agobiantes,
cuando el amor descubre y ejercita
los misterios que ya no se represan.
3230
En ti se vierte mi alma, como chorro
de vida palpitante, y te rebosa.
Ánfora que me encierras, te recorro
con mano de agua pura, luminosa.
Dentro de ti, contienes y moldeas
mi propia esencia, que sutil coincide
con tu molde sensual, y tus ideas,
y en tal entorno residir decide.
Sonetos
3698 - Apremiante
Siga el amor su curso, sin premura,
río perseverando en su viaje,
definido, no más, por el paisaje
que atraviesa, de cuna a sepultura.
El entorno decide su estructura,
su ritmo y expansión, y el engranaje
a que dos se someten, ya en salvaje
o en delicada acción; y así perdura.
Cada apremio de amante es nuevo paso
que el otro da hacia atrás, con el fracaso
acechando a la vuelta del recodo.
Encúmbrese tu espíritu sin prisa,
con alas, no de viento, mas de brisa,
que suavidad y tiempo ganan todo.
Los Angeles, 17 de enero de 2014
3699 - Aquelarre
La noche abre sus fauces absorbentes,
es la hora de los brujos; la campana,
que sólo ellos escuchan, los hermana
sobre el campo desierto, procedentes
de poblados y aldeas, cuyas gentes
bisbisean en su habla cotidiana,
si algo ven, al cerrar cada ventana
y atrancar cada puerta, displicentes.
Preside la reunión macho cabrío,
bajo cuyo disfraz el poderío
del príncipe del mal se corrobora.
Y cada cual, en prueba de fe ciega,
besa sus genitales, y se entrega
a frenética orgía hasta la aurora.
Los Angeles, 17 de enero de 2014
3700 - Arcilla
El barro es nuestro origen y destino;
nacimos de él y en él nos disgregamos;
y cuántas veces, al andar, dejamos
nuestra huella en el barro del camino;
leve marca de endeble peregrino
que borran viento y lluvia, y olvidamos
como algo efímero, que no logramos
tallar en material noble y genuino.
Pocos serán al paso de la historia
quienes impriman rúbrica de gloria
transmitiendo al futuro su heredad.
También de arcilla son, mas cincelando
en bronce o mármol cómo, dónde y cuándo
fue su labor de excelsa calidad.
Los Angeles, 17 de enero de 2014
3701 - Arco
Amor y guerra, viejos coaligados
enfrentando refriega o desafío;
lo resuelven por ímpetu bravío,
o rendición cordial, sin altercados.
Batallas del amor, con dos soldados
planeando estrategias de atavío,
arrobamiento, languidez, desvío,
cada cual con sus propios decorados.
Al final el dios niño de arco y flecha
fijando su objetivo, los acecha,
precipitando el dardo ineludible.
Y quien en el umbral se resistía,
abre la puerta, estalla la armonía,
y se hace todo, entre los dos, posible.
Los Angeles, 18 de enero de 2014
3702 - Ardor
Ardiendo vivo, y mi calor traspasa,
torrencial, la barrera fronteriza
de la piel que me cubre, y electriza
la piel ajena que a mi lado pasa.
Me grita esta dinámica, me abrasa,
mas su pujanza no me inmoviliza;
llama soy que no piensa en la ceniza,
quien se yergue y cimbrea no fracasa.
Tú, que por frías playas merodeas
al acecho de cálidas mareas
que logren tu ansiedad satisfacer;
acércate a mi tórrida fogata,
que su ardor estremece y arrebata,
y fraguará tu nuevo amanecer.
Los Angeles, 18 de enero de 2014
3703 - Aristócrata
Por tus obras te juzgo, y tu conciencia,
no por la antigüedad del apellido;
desnudo, como yo, fuiste nacido,
y el llanto fue nuestra única elocuencia.
O se es de realidad o de apariencia;
soy hijo de mis actos, definido
por mi propio quehacer, no transmitido
por arbitrarias fórmulas de herencia.
Apoyarse en escudos y blasones,
es relegar las propias decisiones
por las hazañas de alguien tiempo atrás.
¿Ufano de sus hechos? Ciertamente.
Mas lo trascendental es el presente,
y el legado que un día dejarás.
Los Angeles, 19 de enero de 2014
3704 - Armonía
Danza en mis dedos mágica sonata
al contemplar tu ambiguo movimiento,
columna de humo en vuelo somnoliento,
o impulso que inminente se desata.
En ambos casos surge y me arrebata,
mas en distinto modo, ya en intento
de invitación pasiva, o en hambriento,
irreprimible avance de mulata.
Cada vaivén provoca, y origina
progresivo destape, y me encamina
a privado concierto mozartiano.
Desnuda, horizontal, y sonriente,
te me ofreces, y toco, persistente,
cada nota de tu íntimo piano.
Los Angeles, 19 de enero de 2014
3705 - Arrebato
Doble carril me lleva al paradero
donde se cruza al tuyo mi destino;
por uno voy en ciego torbellino,
por otro en placidez de compañero.
Dos carriles y un solo viajero,
en simultaneidad; tren sibilino
rodando, bien a ritmo paulatino,
o en apresuramiento de crucero.
Ambas operaciones me cautivan,
te seducen también, pues se derivan
de idéntico sentir, ya tuyo o mío.
Mas a menudo aparco al diletante
amigo servicial, y es el amante,
tan arrebatador, con quien me alío.
Los Angeles, 19 de enero de 2014