1084 - Llueve
Bajo el sollozo de la lluvia andamos.
Es el adoquinado turbio espejo
donde ven las farolas su reflejo,
cuyo temblor de luz pisoteamos.
En el kiosko se amontonan ramos
de rosas y claveles; cruza un viejo
aferrado al paraguas; yo me dejo
besar de cada gota; contemplamos
desde el puente la lluvia sobre el río;
a lo lejos resuena el vocerío
de la turba infantil alborotada.
Te llevo de la mano; soñoliento
permanece el paisaje; en tal momento
sólo tú estás, no necesito nada.
Sobre el Atlántico, 14 de mayo de 2004