1110 - Venus del Espejo (Velázquez)
Sobre el lecho, tan sola, tan ajena
al propio entorno, menos al reflejo
de tu impreciso rostro en el espejo,
libre la piel, sujeta la melena.
Tal vez la noche es cálida, serena,
o quizá la mañana es un festejo
de rumores y voces, o un cortejo
de amantes el ocaso desordena.
Tu esplendor permanece abandonado.
¿Cuándo sobrevendrá el enamorado
que dinamite esa quietud fingida?
Oh, mujer. Si el galope de las horas
te secara la piel, en tus auroras
no habrá más que el reflejo de la vida.
Los Angeles, 20 de julio de 2004