114 - La leche
Tiende la mano, suave ordeñadora,
oprimiendo la ubre exhuberante
que explotará impulsiva en breve instante
en rítmica cadencia tentadora.
Descubre el seno, madre soñadora,
y abre los labios al pezón, infante,
que antes que tú ya los abrió el amante,
y una vez más los quiere abrir ahora.
Mira al cielo, romántico viajero,
que sigues la Vía Láctea en tu sendero,
Juno regando en leche el firmamento.
Y al regresar donde el amor te llama
yaciendo en desnudez junto a tu dama
habrá en tu boca un doble atrevimiento.
Los Angeles, 17 de septiembre de 1998