1191 - Sombra
Y cuando ya no esté, cuando mi llama
transforme en humo azul su parpadeo,
y el corazón extinga su aleteo,
dormida alondra inmóvil en la rama;
cuando ya no esté aquí, sobre tu cama,
que albergó mi deseo y tu deseo,
descenderá mi sombra en ronroneo
de gata en celo que tu ardor reclama.
Estaré junto a ti; no vigilante,
sino en dedicación, y habrá un instante
en que me llames sobre ti otra vez.
Y aunque no me llamaras quedaría
a tu lado en silencio; no podría
brindar a nadie más mi desnudez.
Los Angeles, 15 de diciembre de 2004