1240 - Déjame ya dormir
Dueña de mis insomnios, transparencia
de sombra insinuada en el espejo;
mano invisible que trazó el bosquejo
de tanta vacuidad por tanta ausencia.
Cada noche es fatídica sentencia
de incomunicación, triste cortejo
de imágenes de ti, que desmadejo
y vuelven a cercarme en insistencia.
Déjame ya dormir, sal de mi casa,
abandona este lecho en que me abrasa
no sé si tu presencia o tu distancia.
Cansado de tenerte sin tenerte,
quiero cerrar los ojos, y no verte
ni en sueño, insomnio, incuria o vigilancia.
Los Angeles, 21 de febrero de 2005