1289 - Miércoles fue
Miércoles fue; se abrieron las promesas
que en palabras dormían enjauladas,
y se nos encendieron, llamaradas
dejando lenguas en la piel impresas.
De qué forma te hablé, cuántas sorpresas
bailaban en el vientre, en las miradas,
temblaban en los muslos, emboscadas
en rincones oscuros. Me atraviesas
desde entonces con reincidente lanza
de ansias de ti, de gozo, de añoranza,
desangrándose el alma por la herida.
Tanto de mí dejé en mi último abrazo
que nadie ve quién soy, y me disfrazo
de cuanto me otorgaste en mi partida.
Cantabria, 28 de mayo de 2005