1381 - Pacto
Llegué a tu casa. La mañana urdía
su tejido de luz iridiscente
sobre los surtidores de la fuente
y los geranios del balcón. Ardía
mayo en color y aroma y armonía,
como si un lecho puro, adolescente,
hubiera madurado de repente
en la más desenvuelta rebeldía.
Era tu mes primaveral. Mi empresa
la del viejo romero que regresa,
no ya en peregrinaje, sino en pacto.
Todo ya previamente convenido,
se abrió la puerta, resbaló el vestido,
y percibí el gemido del contacto.
Los Angeles, 7 de diciembre de 2005