1399 - Islotes
Se llora entre las sábanas, mordidas
en vano afán de amortiguar el grito,
mientras un puño hermético, maldito,
obstruye al alma todas las salidas.
Devenimos islotes, reducidas
las ilusiones a rosal marchito
y cada dogma convertido en mito,
en soledad lamiendo las heridas
Al sucumbir por fin a la fatiga,
el sueño es confusión que nos castiga
añadiendo a la sombra la congoja.
Cuando a nacer la aurora se apresura,
nuestra ventana permanece oscura,
y nuestra fe es absurda paradoja.
Los Angeles, 17 de enero de 2006