1404 - Estatua de Afrodita
El tiempo, segador de arquitecturas,
recaló en el umbral de tu peana
y emborronó la grácil filigrana
de tu nombre en el mármol. Hoy perduras,
degollada y sin brazos, casi a oscuras,
y sólo queda de tu efigie humana
la forma juvenil, diosa pagana,
bajo los pliegues de las vestiduras.
El templo que te honró, te alberga en ruinas;
se despoblaron tantas hornacinas,
pero tu imagen no se hundió en la greda.
Los dioses de la guerra, de los mares,
del trueno, desertaron sus altares;
sólo la diosa del amor nos queda.
Los Angeles, 21 de enero de 2006