144 - Vamos
La vieja barca, remos recogidos,
duerme en el agua azul de la bahía;
letárgico se despereza el día,
ignorante de brisas y sonidos.
Senderos en el mar desvanecidos,
ni son recuerdos ni establecen guía;
sólo quedan sosiego y lejanía
con sueños de ilusión entretejidos.
De nuevo, vieja barca, bogaremos;
recíbeme y extiéndeme los remos,
y vayamos sin plan ni dirección.
Sea la trayectoria larga o corta,
no es la llegada lo que más importa,
sino la intensa y mutua posesión.
Los Angeles, 12 de enero de 1998