1495 - Cautiva
Mis manos te repiten. Reproducen
la imagen apagada que encendiste
cuando, llegado a tu albornoz, lo abriste,
y a tu perfil desnudo me conducen.
Ay, estas manos de escultor que inducen
tantos ensayos, cuyo afán insiste
en retrazar los rasgos que ofreciste,
y que aún en este instante me seducen.
Diez escoplos moldean tu estructura;
cada arista, relieve o hendidura
requiere el golpe audaz, el toque exacto.
Y así voy construyéndote de nuevo
tal como siempre has sido, pues te llevo
cautiva en cada punto de mi tacto.
Los Angeles, 2 de julio de 2006