1536 - Ingrávido
Tu etérea mano me ha robado el peso,
soy incapaz de caminar; sin alas,
se me resiste el vuelo, y te intercalas
entre la tierra y yo: Me tienes preso.
Arrebatado estoy; tu primer beso
pobló mi noche de oros y bengalas;
nadie a mi lado ya, me circunvalas,
y sólo de ti vengo, a ti regreso.
No me dejes caer; la vieja carga
que tu mano extirpó fue tan amarga
que no quisiera reclamarla ahora.
Sólo de luz, fragancias y sonidos
deseo rebosar, de ti obtenidos,
mi nueva libertad, mi redentora.
Los Angeles, 14 de agosto de 2006