1562 - Memoria de la mano
No es por mis ojos como más te veo,
miopes, sin alcance, en la distancia;
es por la mano, que en exuberancia
te rastrea, ignorante a parpadeo.
En las yemas aún siento el aleteo
de tus labios temblando, la fragancia
de los senos volviéndome a la infancia,
y el vértice gritándome deseo.
Te ha aprendido esta mano de memoria;
relieves, angosturas, trayectoria
del sendero mil veces recorrido.
Sólo una imagen para la retina,
que más que asimilarte, te adivina;
la mano es quien te vio, quien te ha absorbido.
Los Angeles, 5 de octubre de 2006