1567 - Como el árbol
Gentes, libros, iglesias, inconstancia
de semblantes, carátulas, fachadas,
y espaldas, ábsides, contraportadas,
ya admisión, ya repudio en cada instancia.
Pero el árbol no esgrime petulancia,
siempre mira de frente, su enramada
son brazos extendidos, es llegada,
no hay despedida en él, ni discrepancia.
El árbol, periférica acogida,
no sabe de rechazos, no intimida,
ni volverá la espalda, es el amigo
que nos mira cordial, muy largamente,
abriendo el paso a corazón y mente…
tal como yo pretendo hacer contigo.
Los Angeles, 7 de octubre de 2006