1579 - Doncella
Irreemplazable tu temblor, tan nuevo
como si nadie hubiera derramado
las semillas del tacto en tu sembrado,
terreno virgen que a labrar me atrevo.
En torno a ti provocador me muevo,
como el lobo a la oveja en despoblado,
manso como el rocío sobre el prado,
por igual me someto o me sublevo.
Tiemblas por lo que sabes, lo que ignoras,
lo que temes cumplirse, lo que imploras,
recóndito vaivén contradictorio.
Yo para ti descongelada intriga,
y tú, mi temblorosa, dulce amiga,
el misterio que rasga su envoltorio.
Los Angeles, 1 de noviembre de 2006