1632 - Hoy
Me he despedido de los viejos días,
más grises cada vez, y más distantes,
nubes de polvo y sal, tan asfixiantes
como para el harén las celosías.
Bloqueaban la vista; sus umbrías
tierras de promisión apasionantes
no eran ya el carnaval que fueron antes,
sino parcelas ásperas, baldías.
No procede afincarse en un desierto
que fue ubérrimo edén, pero ya ha muerto;
volver a contemplarlo es restringir
el panorama que hoy se nos ha dado;
cuanto en la mano tengo lo he ganado,
y sobre mi conquista he de vivir.
Los Angeles, 2 de febrero de 2007