1642 - Puño y mano
El puño nunca da, sólo destruye,
es desvalijamiento, no bandeja;
airado mazo, virulenta queja,
iniquidad que en juez se constituye.
La mano es asistencia, contribuye
a alianzas, es vínculo, no aleja,
es palmada en la espalda que refleja
aceptación, restaura y restituye.
El puño, falto de razón, se expresa
descargándose hostil sobre la mesa,
con intimidación, no analizando.
La mano abierta es acomodaticia,
sabe de la armonía y la caricia,
y se extiende entrañable al otro bando.
Los Angeles, 16 de febrero de 2007