1792 - En indiferencia
¿Qué importa el año nuevo, el año viejo?
No es que el tiempo se vaya, es que nos vamos,
e involuntariamente celebramos
el triunfo de la muerte. No me quejo
de que se acerque inexorable; dejo
su amenaza al olvido. ¿Qué alcanzamos
con su presencia en el recuerdo? Estamos
a igual distancia en duelo o en festejo.
Despida al treinta y uno de diciembre
el cazador de fábulas, y siembre
a su paso utopías e intenciones.
Este es un día más, o un día menos;
todos los días son malos o buenos
conforme a nuestras propias decisiones.
Los Angeles, 22 de diciembre de 2007