1844 - Castillo
Sigo acudiendo a mi castillo en ruinas,
en busca de fantasmas, de siluetas,
de las sombras de ayer, que hoy, tan discretas,
eluden mi atención por las esquinas.
Ay, castillo de citas clandestinas,
antes que los desgastes y las grietas
cuartearan tus torres; incompletas
tus crónicas serán, nunca anodinas.
En la paz de estos bloques disgregados,
silencio de corderos degollados,
se dan las manos el dolor y el gozo.
No sé hasta cuándo pueda retenerte;
hay una vida aquí, y hay una muerte,
y entre ambas lentamente me destrozo.
Los Angeles, 13 de marzo de 2008