1853 - Esa herida
Esa herida es de amor, no cicatriza,
que no se cierre, no, quédese abierta,
mejor alma sangrante que alma muerta,
más que cadáver, vida que agoniza.
No le apliques ungüentos, eterniza
la aflicción no invocada, y descubierta
llévala al exterior, que el mundo advierta
que eres mucho más fuego que ceniza.
Esa herida es laurel, aunque te aflige,
es ignominia sólo en quien la inflige,
si bien es cruz al hombro, es cruz al pecho.
Es el amor quien te ha condecorado;
no tienes rango de común soldado,
ya eres heroico amante, aunque maltrecho.
Los Angeles, 22 de marzo de 2008