1867 - Ya no sé qué decir
Ya no sé qué decir, y tengo tanto
dentro de mí, que callo y me enveneno;
ni todo asolador ni todo bueno,
mas todo en explosión de desencanto.
¿A quien podría complacer mi canto
si lo quisiera articular sin freno?
Mi voz es grito dolorido, trueno
que turba y ensordece, puro llanto.
No es el castillo que se desmorona
de quien antes amó, y hoy abandona,
reiniciando una vida toda nueva.
Quien sin dejar de amar, desamparado,
queda en la encrucijada desangrado,
sólo al silencio de su mal se atreva.
Los Angeles, 12 de abril de 2008