1913 - Pedestal Nº 8
Besaría tu piel, la besaría
como se bebe un vino prominente,
acunando el sabor, tan lentamente
como si fuera el fin del postrer día.
Ah, la infinita curva, travesía
del muslo a la cintura, en la vertiente
de la cadera, casi transparente
entre la timidez y la osadía.
La que ahora estás mirando, ensoñadora,
imaginando que alguien te devora,
mitad vigor, mitad exquisitez.
Tan absorta en ti misma, tan serena,
que lo único que en torno a ti resuena
es el murmullo de tu desnudez.
Los Angeles, 10 de julio de 2008