1921 - De cien a cero
Rota yace en mi umbral cada promesa
que a mí te incorporó, que tú rompiste;
rota ha quedado el alma, de tan triste,
de cuanto dió, que ya no te interesa.
Un río de amargura hoy atraviesa
mi páramo desierto; se resiste
mi mente a ver el fin; tú, que erigiste
mis estructuras casi por sorpresa.
De cien a cero en imprevisto instante…
Qué frenazo brutal, yendo al volante
del automóvil de mi propia vida.
Luego abriste la puerta, y te alejaste
con endebles pretextos. Qué contraste
con la perenne ofrenda prometida.
Los Angeles, 20 de julio de 2008