1931 - Huelen a ti
A ti huelen mis manos, a violetas,
a humedades campestres, a sudores
brotando de las ingles, a pudores
derrotados, a sedas indiscretas.
Se han quedado sin ti tan incompletas,
tan huérfanas de tactos y temblores
como si alguien robara los colores
de cada flor; tan pálidas, tan quietas…
Desestiman el agua, no se avienen
a desprenderse de ese aroma, tienen
algo tan tuyo y a la vez tan mío,
muda presencia lúbrica, invisible,
como una brisa, pero más tangible,
como el calambre de un escalofrío.
Los Angeles, 1 de agosto de 2008