2029 - Lluvia
Salgo a la calle despoblada. Llueve.
Los últimos paraguas, ya cerrados,
cruzaron los postigos desconchados
de las viejas casonas. No se atreve
nadie a salir. El vendaval se mueve
como tropel de potros desbocados,
trepidando ventanas y tejados;
muerde mi espalda, dejo que me lleve.
Voy sorteando charcos, divertido;
mil golpes de agua sobre el rostro erguido
más semejan bondad que latigazos;
porque dentro de mí nacen auroras,
se urden proyectos…, y de nuevo añoras
el círculo rotundo de mis brazos.
Los Angeles, 8 de febrero de 2009