2039 - Ventana
Insistía su rostro en mi ventana
día tras día, con la persistencia
de la rama que anuncia su presencia
contra el cristal, bajo la brisa hermana.
Esa brisa gentil, blanda, liviana,
del eterno murmullo, y la tendencia
a invitarse a sí misma, en la creencia
de que se le abrirá cualquier mañana.
Como rama importuna, como brisa,
ella, la del tesón y la sonrisa,
atisbaba en tenaz acto de fe.
Y yo en la calma de la sala oscura
era, más que bisagra, cerradura,
y nunca abrí; no sé decir por qué.
Los Angeles, 23 de febrero de 2009