2048 - En tal quietud
Estaba el mar en calma. La bahía
era bandeja de radiante plata.
Al fondo, en el pinar, la serenata
de la brisa en las ramas. Mediodía.
El ambiente era azul, blanda armonía
del cielo que en el agua se retrata;
todo inmóvil, silencio, catarata
de luz sobre las cosas. La abadía
de los trapenses, desde su espadaña,
anunciaba las doce. En la montaña
blanca nube la cumbre coronaba.
Y en tal quietud, estable, soñolienta,
dentro de mí rugía la tormenta,
y el alma entera se me ensangrentaba.
Los Angeles, 18 de marzo de 2009