2067 - Fuimos el río
Muriendo voy tan lenta, lentamente,
arrancando una a una las raíces
que en mí arraigaste en tiempos más felices,
de los que el alma en parte se arrepiente.
Fuimos el río, tú eras la corriente,
y yo el ribazo, ambos aprendices
de estar y huir, de fondos y matices,
vital de un lado, de otro, contingente.
Siguió fluyendo el agua, hasta que un día,
enmudeció su canto, y fue elegía
en la inmóvil quietud del cauce seco.
Macilenta la fronda en cada orilla,
y entre ambas agrietándose la arcilla,
germina un llanto que repite el eco.
Los Angeles, 8 de abril de 2009