2073 - Sueños
Cuánto soñé. Mi mundo era pequeño.
Y era pequeño yo. Desconocía
que muchos hombres mueren de agonía
de no saber vivir. Yo no era dueño
de nada, sino sólo de mi sueño,
que era un sueño infinito, una utopía
para el no soñador; y repetía
‘seré y haré aunque muera en el empeño’.
No pensaba morir. No en seguimiento
de mi propia quimera, del intento
de dar un salto allende mi heredad.
Me era la muerte amago irrelevante
si en la conquista de algo apasionante;
y no he cambiado de mentalidad.
Los Angeles, 11 de abril de 2009