2096 - Separación
Maridaje de angustia y algazara
fue la separación; ella revela
turno de libertad, añora y vuela;
él, navío espectral que zozobrara.
La esposa, ya saeta, se dispara
hacia insólitas dianas; no hay estela
que no siga, ni sabe de cautela;
va donde va, especula y acapara.
El esposo se aflige, tal vez llora;
y, transcurrido un tiempo, se enamora
de otra mujer, ni oscura ni eminente.
Y la esposa de ayer, ah, tan celosa,
sin renunciar a su vaivén, le acosa,
como si fuera aún su pretendiente.
Burgos, 8 de mayo de 2009