2103 - Diferencias
Ni mi otoño ni mis amaneceres
serán como los tuyos; cuanto veo
va impregnado de mí, del revoleo
de alas, hojas, rumores y quehaceres
que inspiran mi alma, forjan mis placeres,
en avalancha, brisa o borboteo.
Tú los verás de acuerdo a tu deseo,
a tu disposición, según quien eres.
Cuando yo digo “Te amo”, me refiero
a la persona en tu interior, primero
y auténtico objetivo que persigo.
Cuando lo dices tú, desaparece
la persona que soy, y prevalece
la que una tarde se encontró contigo.
Cantabria, 19 de mayo de 2009