2124 - A ambos lados de la muerte (II)
Yo escribí para ti, por ti, contigo,
día a día, en coloquio silencioso;
tal vez fuera monólogo tedioso,
retahila indolente de mendigo.
Pero seguí expresándome, testigo
del salto de aliado cauteloso
a amante apasionado, luminoso,
viendo tu vida conectar conmigo.
Mencionaste una etapa muy lejana,
cuando el cabello en blanco se engalana,
y yo, en mis libros, te susurraría.
Hoy he venido desde el otro lado
para verte un momento, y he encontrado
polvorientos los libros, tú vacía.
Los Angeles, 16 de junio de 2009