2152 - Todo (VII)
Todas las voces claman en mi oído
su nombre transparente, centelleo
sobre playas de azul, revoloteo
de gaviotas en aire adormecido.
Nombre que sólo yo hubiera tañido
como campana de oro, al alboreo
de mi segunda juventud, sondeo
integral del amor y la libido.
No logro escuchar otro. Martillea
penetrante y tenaz sobre la idea
de que jamás oiré otro nombre así.
Transmigra el ánsar, fluyen los rumores,
se ajan las rosas, mueren los colores,
pero ese nombre no se va de mí.
Los Angeles, 20 de julio de 2009