2163 - Invitada
Oprimía sus formas, alfarero
modelador de barro complaciente,
y otorgaba perfil de adolescente
a su honda madurez en hervidero.
Se me tornaba en joven limonero
con el fruto en sazón, tan aquiescente,
toda oferta hacia mí, pero exigente
para calmar la sed en mi venero.
Y bebió hasta saciarse. No sabía
dónde acababa el dar, ni qué cuantía
de su reclamación era adecuada.
No impuse límites a su arrebato
de piel devoradora; yo era el plato
y a la vez el manjar. Ah, qué invitada.
Los Angeles, 9 de agosto de 2009