2182 - En Toledo
Se estrechan las callejas de Toledo
para abrazarte más ceñidamente;
adopta el Tajo ritmo adolescente
si tocas su agua turbia con el dedo.
Desde el punto más alto del roquedo,
el Alcázar, en guardia persistente,
controla tus pisadas sobre el puente
de San Martín. Al fin me desenredo
de tan reiterativa vigilancia.
Santo Tomé se observa en la distancia,
su iglesia oasis de penumbra y paz.
Mis labios bajo el cuadro te reclaman,
y monjes y aristócratas se inflaman
en el “Entierro del Señor de Orgaz”.
Los Angeles, 24 de agosto de 2009